El magistrado del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, que está a cargo de los casos ‘Negreira’ y ‘Voloh’, ha recibido un falso paquete bomba en su despacho. El paquete, dirigido al juez Joaquín Aguirre, fue enviado a la Ciutat de la Justicia.

Afortunadamente, los servicios de seguridad detectaron el paquete, que contenía un temporizador electrónico y una bolsa simulada de carga explosiva, sin que la situación se agravara. Actualmente, se investiga la procedencia de este paquete.

Este incidente ha generado preocupación en las fuerzas de seguridad del Estado, ya que consideran que es un intento de amedrentar al juez que lleva dos casos de especial sensibilidad. Resulta sorprendente que el juez Aguirre aún no cuente con las medidas de seguridad necesarias para su cargo y protección.

En el caso ‘Voloh’, se investigan las posibles conexiones entre el independentismo catalán y Rusia durante el procés, con el objetivo de obtener ayuda económica y militar para lograr la independencia de Cataluña.

Entre los investigados se encuentran el jefe de oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay; el informático de Waterloo, Jaume Cabaní; y el ex cargo de CDC, Víctor Terradellas, por el presunto desvío de fondos de la Diputación de Barcelona a entidades afines a CDC.

Este suceso resalta la importancia de garantizar la seguridad de los jueces y magistrados que desempeñan un papel crucial en la administración de justicia.

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