Sánchez promete a Xi Jinping convertir a China en un socio de la UE mientras Trump endurece su oposición al régimen

Pedro Sánchez ha aterrizado en Pekín para mostrar su respaldo a China en pleno pulso comercial entre el país asiático y Estados Unidos.

El presidente del Gobierno español ha acudido a la capital del régimen comunista para reunirse con el líder chino, Xi Jinping, en el que ha sido el primer encuentro de un dirigente europeo con el mandatario desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciase sus nuevos aranceles recíprocos contra las importaciones chinas.

Desde el complejo protocolario de Diaoyutai —una localización reservada a visitas diplomáticas menores, ya que el Gran Palacio del Pueblo quedó reservado para jefes de Estado—, Sánchez ha insistido en su discurso europeísta y ha trasladado al presidente chino que España ve a China como un socio clave dentro del marco de la Unión Europea (UE).

El líder socialista ha apostado por unas relaciones «basadas en el diálogo, la reciprocidad y la armonía», dejando claro que su visita forma parte del acercamiento entre Bruselas y Pekín.

 «Una Europa fuerte contribuye también a la estabilidad y a la prosperidad mundial», ha declarado Sánchez, comprometiéndose a favorecer unas relaciones «sólidas y equilibradas» entre la UE y China que fomenten el comercio y las inversiones. Todo ello, en un momento en el que la tensión entre Washington y el régimen chino va en aumento.

Xi Jinping, por su parte, ha devuelto el gesto elogiando el artículo firmado recientemente por Sánchez junto a los presidentes de Brasil y Sudáfrica —Lula da Silva y Cyril Ramaphosa—, todos ellos miembros de los BRICS. En el texto, los tres líderes lanzaban un mensaje en favor del multilateralismo y en contra de las «acciones unilaterales», alineándose con el discurso chino.

Xi ha elogiado esas «reflexiones racionales», subrayando que «cuanto más turbulenta y cambiante sea la situación internacional, más importante será tener buenas relaciones con España«.

Este viaje es ya el tercero de Sánchez a China en poco más de dos años. En esta ocasión, ha hecho escala previa en Vietnam, con el objetivo de ampliar las relaciones comerciales. Sin embargo, más allá de las declaraciones y promesas, las inversiones chinas en España apenas han superado los 327 millones de euros entre 2022 y 2024, con un flujo puntual y prácticamente anecdótico.

Mientras tanto, el presidente Donald Trump mantiene su discurso firme frente a Pekín. Acusó al régimen chino de haberse «aprovechado durante mucho tiempo» de Estados Unidos y elevó los aranceles hasta el 145%, con un aumento adicional del 20% como respuesta al papel de China en la crisis del fentanilo.

A pesar de ello, el presidente estadounidense no cerró la puerta a un posible acuerdo: «Estoy seguro de que lograremos algo muy positivo para ambos países».

Una postura que también ha adoptado hacia la Unión Europea, después de que su secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtiera que acercarse a China «sería como cavar tu propia tumba». Pese a ello, Trump ha optado por un tono más conciliador de cara a una nueva etapa de negociación. La tregua arancelaria podría prolongarse, salvo para su rival asiático.

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