Sánchez vuelve a mentir: De negar apagones, a un país vulnerable: no hace falta una bomba para colapsarlo
En febrero, Red Eléctrica de España (REE) —ahora Redeia— lanzó una advertencia clara y contundente: el cierre acelerado de centrales de carbón, nucleares y de ciclo combinado pone en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico nacional
Javier Ruiz
En febrero, Red Eléctrica de España (REE) —ahora Redeia— lanzó una advertencia clara y contundente: el cierre acelerado de centrales de carbón, nucleares y de ciclo combinado pone en riesgo la estabilidad del sistema eléctrico nacional. Lo dijo en un documento público, técnico y con lenguaje medido, pero cristalino.
Sin embargo, alertar sobre ello hoy, compartirlo o simplemente mencionarlo en redes sociales, te convierte automáticamente —para algunos— en parte de “la extrema derecha”, en un “negacionista climático” o, peor aún, en un “conspiranoico”.
El documento que nadie quiso leer
El documento publicado por REE —Planificación de la red de transporte 2021-2026, y actualizaciones sobre el análisis de seguridad del sistema— no es una opinión, es una evaluación técnica del operador del sistema eléctrico nacional. La empresa, responsable de que en nuestras casas haya luz cada día, no emite juicios ideológicos: analiza números, proyecciones de demanda, capacidad instalada, márgenes de reserva y seguridad operativa.
Allí se indicaba, entre otras cosas, que:
El cierre programado de las centrales nucleares a partir de 2027, combinado con el ya avanzado desmantelamiento del carbón, dejará al sistema sin suficiente generación firme en momentos críticos.
El desarrollo renovable previsto (solar y eólica) no avanza al ritmo necesario, ni en potencia ni en almacenamiento asociado (baterías o bombeo hidráulico).
Los ciclos combinados (gas) siguen siendo esenciales para mantener la estabilidad, pero están siendo relegados y asfixiados económicamente.
El riesgo de eventos de tensión y apagones localizados en ciertas zonas crece exponencialmente si no se refuerza la red y no se garantiza respaldo térmico.
Este no es un problema exclusivo de España. Alemania, tras cerrar sus nucleares, ha tenido que reactivar carbón y aumentar su dependencia del gas. Francia mantiene sus nucleares precisamente para evitar una situación así. España, sin embargo, parece decidida a avanzar a ciegas en una transición sin red de seguridad.
Un modelo basado en ilusiones
El discurso político dominante insiste en una narrativa optimista: la energía renovable es limpia, abundante, barata y la solución a todos nuestros males energéticos. Y lo es... pero sólo bajo ciertas condiciones técnicas y temporales. Lo que no se dice es que:
La solar y la eólica son intermitentes. No generan cuando no hay sol ni viento. El sistema necesita generación firme que se pueda activar a demanda.
El almacenamiento no está preparado. Las baterías a gran escala son costosas, escasas y aún insuficientes en capacidad para cubrir los huecos de producción.
Los precios se están volviendo inestables. Con alta penetración renovable, se dan situaciones de precios negativos seguidos de picos cuando falta viento o sol.
Las interconexiones con Europa son limitadas, y no permiten a España importar energía suficiente en situaciones de emergencia.
Cerrar antes de tener alternativas
El gran error estratégico de España ha sido cerrar capacidad firme sin haber desarrollado primero suficiente respaldo renovable y almacenamiento. Es como saltar al vacío esperando construir el puente mientras se cae.
El cierre de centrales térmicas ha dejado fuera de juego una gran capacidad operativa que, si bien contaminante, podía mantenerse como respaldo.
Las centrales nucleares, que generan sin emisiones de CO₂ y de forma continua, están siendo eliminadas por razones más políticas que técnicas.
Los ciclos combinados, alimentados por gas, son necesarios para cubrir picos y huecos, pero se han visto afectados por políticas de penalización y baja rentabilidad.
REE ha sido clara: si no se actúa ya, la seguridad del suministro puede verse gravemente comprometida entre 2027 y 2030. Es decir, en apenas dos o tres años.
Sánchez vuelve a mentir: de negar el riesgo a culpar a la ultraderecha
Cuando se le preguntó por los riesgos de apagones y el cierre precipitado de las centrales térmicas, el presidente Pedro Sánchez respondió con desdén y soberbia: "No habrá apagones, son bulos de la ultraderecha". Así lo declaró en varias ocasiones entre 2021 y 2023, despreciando informes técnicos que ya alertaban de lo que hoy es una realidad tangible. Se calificó de "alarmistas" a quienes compartían análisis de Red Eléctrica o advertencias de expertos energéticos. Hoy, el tiempo ha desmentido al presidente.
Los apagones han ocurrido, y aunque aún son localizados o breves, demuestran que el sistema está en tensión. Lejos de rectificar, Sánchez ha optado por seguir mintiendo y desviar la atención. En lugar de asumir el error de planificación y la irresponsabilidad de acelerar una transición sin garantías, vuelve a cargar contra la “ultraderecha”, acusándola de manipular, de sabotear la transición, o incluso de ser parte interesada en el “caos energético”.
Este patrón no es nuevo: ante una crisis autogenerada por su propio gobierno, Sánchez niega, señala enemigos externos, y se refugia en discursos ideológicos. Pero en este caso, el precio de su narrativa no es solo político: es técnico, económico y social. El apagón, parcial o total, no entiende de ideologías. Lo sufre el ciudadano, el empresario, el hospital y la industria.
El hecho de que el jefe del Ejecutivo siga sin responsabilizarse de una crisis anunciada y evitable es uno de los elementos más graves del momento energético que vive España. La ciudadanía no necesita consignas ni enemigos imaginarios. Necesita soluciones, planificación y verdad.
Un país vulnerable: no hace falta una bomba para colapsarlo
El reciente apagón —por localizado que haya sido— ha dejado al descubierto una verdad incómoda: España es un país energéticamente vulnerable. En pleno siglo XXI, no hace falta lanzar una bomba ni invadir un territorio para paralizar una nación. Basta con que el sistema eléctrico falle durante unas horas, y el país entero se sumerge en el caos: hospitales sin suministro, industrias paradas, comercios bloqueados, transportes detenidos y ciudadanos aislados.
Esto no es un escenario hipotético ni una novela distópica: ha ocurrido. Y podría volver a ocurrir. Porque se han desmantelado estructuras estratégicas sin construir antes alternativas. Porque se ha renunciado a la soberanía energética en nombre de una transición improvisada. Y porque quienes deberían asumir responsabilidades prefieren señalar culpables ideológicos antes que corregir errores técnicos.
La fragilidad de las infraestructuras críticas, sumada a la intermitencia renovable y la falta de respaldo firme, convierte a España en un objetivo fácil. No por enemigos externos, sino por su propia imprudencia. Destruir un país hoy no requiere fuego ni armas, sino negligencia política, ceguera ideológica y desprecio por la planificación técnica.
Lo que viene: racionamientos, apagones y precios descontrolados
No es alarmismo. Es un escenario contemplado por el propio operador del sistema si no se toman medidas urgentes. Entre los riesgos reales están:
Racionamientos eléctricos puntuales: especialmente en olas de frío o calor, cuando la demanda se dispara y las renovables no cubren.
Caídas de tensión y apagones regionales: si las redes no se refuerzan y se saturan por exceso de producción en un punto y falta en otro.
Aumento de precios para el consumidor: la falta de generación firme crea picos de precios cuando el sistema entra en estrés.
Dependencia aún mayor del gas: en lugar de reducir las importaciones fósiles, podríamos tener que depender aún más del GNL.
¿Qué se debería hacer?
La crítica no implica rechazo a la transición energética, sino una llamada a la responsabilidad técnica. Una hoja de ruta viable debe incluir:
Revisar el calendario de cierre de nucleares, manteniéndolas operativas mientras no se tenga respaldo renovable suficiente.
Inversión urgente en almacenamiento masivo, tanto baterías como bombeo hidráulico y nuevas tecnologías.
Apoyo económico a los ciclos combinados, como tecnología de respaldo esencial durante la transición.
Reforzar la red eléctrica, tanto en transporte como en interconexiones internacionales.
Desideologizar el debate energético, basándolo en datos y no en consignas.
Advertencia ignorada, consecuencias aseguradas
Red Eléctrica lanzó la advertencia. No es nueva, no es alarmista, no es partidista. Simplemente refleja una realidad técnica. Ignorarla no la hace desaparecer. Silenciarla por razones ideológicas, menos aún. Y lo más peligroso: culpar a quien la comparte de ser “extremista” o “conspiranoico” es una forma perversa de matar al mensajero.
La transición energética es inevitable, pero debe hacerse con responsabilidad, planificación y realismo. De lo contrario, el colapso no será técnico, será político. Y el coste lo pagaremos todos: en la factura de la luz, en la pérdida de industria... y quizá, en un futuro no tan lejano, con un apagón.
Medios "acreditados" que difundieron desinformación
Uno de los casos más flagrantes de manipulación mediática ocurrió cuando el periodista Javier Ruiz, desde la Cadena SER, afirmó de forma categórica que un apagón era imposible en España. Lo hizo en prime time, con un tono sentencioso, ridiculizando las advertencias de expertos energéticos y de Red Eléctrica.
Sus argumentos —carentes de fundamento técnico— sostenían que "España tiene un sistema robusto" y que "no hay ningún riesgo real", cuando ya existían informes públicos de REE alertando sobre lo contrario.
Este tipo de desinformación no solo confunde a la opinión pública, sino que genera una falsa sensación de seguridad que impide a los ciudadanos y empresas prepararse para un escenario real y documentado. Es aún más grave cuando se recuerda que el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recomendado en repetidas ocasiones informarse "con medios acreditados como la SER o laSexta", los mismos que negaron la posibilidad de apagones y tacharon de "alarmistas" a quienes señalaban el problema.
Así, el Gobierno no solo ignoró las advertencias técnicas, sino que promovió como fuentes de información confiables a medios que difundieron bulos energéticos, generando una narrativa paralela desconectada de la realidad. En lugar de corregir estos errores tras los primeros episodios de colapso eléctrico, han optado por proteger el relato político a costa de la verdad técnica y de la preparación ciudadana.
¿Conoces algún hecho irregular que quieres que investigue y cuente Impacto España Noticias? Escribe a denuncias@impactoespananoticias.es
Comparte en Redes Sociales
Apoya el periodismo independiente y crítico
Evite la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de Telegram, Newsletter
Haz tu Donación
Síguenos en Telegram: https://t.me/impactoespananoticias
Whassapt Impacto España: https://chat.whatsapp.com/DkvQU3OzEzz1Ih524CPUd7
Twitter: https://twitter.com/impactoSumustv
Instagram: https://www.instagram.com/impactoespana?r=nametag
YOUTUBE:https://youtube.com/@impactoespananoticias
Odysee: https://odysee.com/@impactoespa%C3%B1anoticias:a
WhatsApp: 635967726
Te puede interesar
Pedro Sanchez el gafe: Un apagón tercermundista deja en evidencia al Gobierno de Sánchez
Pedro Sánchez es un auténtico gafe. Desde que llegó al poder, parece que el país ha entrado en una espiral de desgracias: una pandemia histórica, un volcán arrasando La Palma, inundaciones con muertos, incendios descontrolados, una crisis energética, caos en la seguridad, y ahora un apagón
Sánchez dispara un 336% las nacionalizaciones de inmigrantes para redibujar el mapa electoral en España
Es el resultado de un plan político premeditado cuyo objetivo final es modelar un nuevo electorado más favorable a las aspiraciones socialistas
Un Gobierno a oscuras: la incompetencia energética de Pedro Sánchez
Decir que "no se descarta ninguna hipótesis" mientras se insinúa contacto con una alianza militar internacional sin aportar ni un solo dato concreto es, en el mejor de los casos, una torpeza imperdonable
Pedro Sánchez afirmó que el peligro de 'un gran apagón' eran 'bulos' de la ultraderecha
Así, cargó contra «las escenas apocalípticas que evoca en muchas ocasiones la bancada de la derecha y la ultraderecha (sic)»
El informe de los letrados del TC que avala la amnistía para mantener a Sanchez en el poder
En un giro alarmante de los acontecimientos, España parece estar en el umbral de un cambio que podría transformar de manera irreversible su sistema democrático
Un bufete internacional prepara demanda masiva contra los "abusos" de la Agencia Tributaria española
El abogado denuncia que el contribuyente en España sufre un tratamiento que "viola su presunción de inocencia", ya que se ve obligado a pagar antes de recurrir, soportar largos periodos de embargo de bienes y asumir intereses punitivos que, en su opinión, rozan la usura