El plan económico de Vox plantea ahorrar 200.000 millones sin tocar el gasto social

El partido liderado por Santiago Abascal ha empezado a desvelar su hoja de ruta en materia económica de cara a las próximas elecciones generales. Aunque la presentación oficial del programa tendrá lugar próximamente, el diputado nacional de Vox por Asturias, José María Figaredo, adelantó varias de las principales propuestas durante un acto con profesionales de la gestión empresarial.

Entre las primeras medidas anunciadas destacan una profunda reestructuración del gasto público, una reforma del sistema impositivo y una transformación radical de la administración pública con el objetivo de optimizar su eficiencia y acercarla al ciudadano.

 Recorte de gasto público sin afectar al Estado del bienestar
Uno de los pilares del programa económico es la reducción del gasto público ineficiente, que Vox cifra en hasta 200.000 millones de euros. Según Figaredo, este recorte puede llevarse a cabo sin necesidad de tocar «ni una micra» del gasto social, es decir, sin recortes en sanidad, educación ni servicios de dependencia.

El plan se apoyaría, en primer lugar, en la reestructuración del gasto de las comunidades autónomas. Según las estimaciones que maneja Vox, de los más de 265.000 millones de euros que reciben anualmente estas administraciones, solo algo más de la mitad se destinan a servicios esenciales. Esto dejaría un margen de unos 130.000 millones de euros que podrían ser reorientados o eliminados sin impacto directo en los derechos sociales básicos.

A esto se suman otros 60.000 millones de euros en gasto ineficiente, detectados en informes económicos independientes, que podrían eliminarse mediante una revisión profunda de la administración y sus estructuras. Para Figaredo, la clave no está en reducir servicios, sino en suprimir duplicidades, estructuras opacas y partidas que no aportan valor directo al ciudadano.

También se pondría bajo lupa el sistema de subvenciones. Vox denuncia que actualmente se destinan 32.000 millones de euros en subvenciones directas, una cifra que considera elevada, especialmente si se tiene en cuenta que el Gobierno no cuantifica todas aquellas subvenciones menores a 100.000 euros, por lo que el importe real podría ser muy superior. Además, otras aportaciones presupuestarias, como los 15.365 millones de euros a entidades públicas empresariales y los 4.500 millones de euros en cooperación internacional, serían revisadas o eliminadas parcialmente.

 Una revolución administrativa basada en la tecnología y la eficiencia
En línea con su visión de un Estado más ágil y menos intervencionista, Vox plantea una revolución de la administración pública. Esta reforma estructural incluiría la eliminación de una de cada tres leyes aprobadas por el actual Gobierno, bajo el argumento de que muchas normativas dificultan la actividad empresarial y burocratizan innecesariamente los procesos.

Además, proponen centralizar todas las bases de datos administrativas en una sola plataforma, de modo que cualquier administración, en cualquier punto del país, pueda acceder a la información del ciudadano únicamente con su número de DNI. “Si mañana un ciudadano se traslada a una localidad remota, esa administración ya sabrá si está dado de alta como autónomo o cuál fue su última declaración de IVA”, explicó el diputado.

Este enfoque digital busca eliminar trámites redundantes, facilitar la movilidad geográfica de trabajadores y empresas, y aumentar la transparencia de la gestión pública.

 Reforma fiscal: bajada del IVA y nuevo IRPF con tipo único
En materia fiscal, Vox apuesta por un sistema más simple, más bajo y más previsible. Una de las medidas estrella es la rebaja progresiva del IVA, desde el actual 21% al 18%, con el objetivo de llegar al 15%, el mínimo permitido por la normativa comunitaria. Esta bajada, según defienden, aliviaría a las familias y fomentaría el consumo interno.

La reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) también es clave en su propuesta. Vox plantea un sistema nacional sin tramos autonómicos, lo que implicaría eliminar las competencias fiscales regionales en este tributo. El nuevo esquema quedaría así:

Exención total hasta los 22.000 euros de ingreso anual.
Un primer tramo del 15% hasta los 70.000 euros.
Un segundo tramo del 25% a partir de esa cifra.

Junto a este rediseño, se eliminarían todas las deducciones actuales. El partido argumenta que esta simplificación permitirá una rebaja del tipo efectivo del IRPF en torno al 40%, beneficiando especialmente a las clases medias.

Además, en respuesta a demandas de ciudadanos y expertos, se contempla también la eliminación del impuesto de Patrimonio y el de Sucesiones, ambos considerados injustos y duplicativos por el partido.

 Autónomos: cuota cero para los que ingresen menos del SMI
Otra propuesta con fuerte impacto social es la relativa a los autónomos. Vox quiere aplicar una cuota cero de Seguridad Social para aquellos trabajadores por cuenta propia cuyos ingresos estén por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI). Según Figaredo, esta medida no solo aliviaría la presión fiscal de quienes apenas llegan a fin de mes, sino que permitiría aflorar economía sumergida y facilitaría el arranque de muchos proyectos empresariales incipientes.

Este enfoque también responde a una preocupación estructural: la pérdida de peso del trabajo autónomo frente al empleo público. “Hemos llegado a un punto en el que hay más funcionarios que autónomos. Y eso es muy significativo”, advirtió el diputado.

 Crítica al modelo económico actual
Durante su intervención, Figaredo hizo un repaso crítico del panorama económico español. Pese a que los indicadores macroeconómicos oficiales muestran una recuperación progresiva, el diputado señaló que dicha mejora está impulsada casi exclusivamente por el gasto público.

Según sus datos, el PIB agregado español sigue por debajo del nivel prepandemia, el consumo privado está estancado, al igual que la inversión productiva. Las exportaciones, especialmente de servicios como el turismo, son la única variable que tira ligeramente de la economía. Pero, en su opinión, “es el gasto público el que verdaderamente se ha disparado, y eso no es sostenible”.

También alertó sobre la dependencia del ciclo económico internacional y la pérdida de competitividad, en un contexto en el que aumentan los costes fiscales y regulatorios para pymes y autónomos, mientras que las grandes empresas “siguen obteniendo beneficios récord”.

 El programa económico de Vox, tal como lo ha descrito Figaredo, se sitúa en una línea liberal-conservadora que prioriza la reducción del peso del Estado, la simplificación normativa, el alivio fiscal, y el fomento del emprendimiento.

Sin embargo, su aplicación efectiva requeriría una mayoría parlamentaria amplia y reformas estructurales profundas. Además, algunas de las propuestas –como la recentralización del IRPF o los recortes en transferencias autonómicas– supondrían importantes tensiones políticas e institucionales con las comunidades autónomas.

Aun así, desde Vox insisten en que la situación económica actual exige medidas “de sentido común”, sin complejos ideológicos y con el objetivo de restaurar la eficiencia y la libertad económica en España.

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