La UE apuesta por el euro digital: qué pasará con el dinero en efectivo

Valdis Dombrovskis, comisario europeo de Economía, ha presentado en su discurso inaugural en la Conferencia Bálica la nueva medida del Banco Central Europeo (BCE) para hacer frente a la dependencia de los miembros de la eurozona a los sistemas internacionales de pago. Se trata del euro digital, una forma de pago que permitirá mejorar la autonomía en la eurozona en un contexto de amenazas con la invasión rusa en Ucrania.

La nueva medida garantizará que “Europa decida su propio destino en este mundo cada vez más fragmentado”, según informa Dombrovskis en su declaración. Con el euro digital, el dinero de los residentes de la eurozona quedará depositado en el BCE y será este el que se encargue de su gestión.

 Este sistema de pago pretende ser una medida que complemente al dinero en efectivo, sin intención alguna de sustituir su uso. No obstante, será el pago con tarjeta bancaria el que se vería afectado.

Garantizar la autonomía económica
Los pagos electrónicos y sin efectivo presentan un aumento significativo en los países de la eurozona y sus gestiones las llevan empresas internacionales de tarjetas y pagos. La dependencia a este tipo de empresas internacionales pone a los ciudadanos y las compañías de la Unión Europea (UE) en una situación de vulnerabilidad en un contexto de amenazas bélicas.

“Es un tema de preocupación, porque la guerra de Rusia contra Ucrania ha incrementado las amenazas para la Unión Europea, incluidos sus sistemas de pagos”, confiesa el comisario.

Con la nueva medida del BCE se pretende prevenir posibles ataques extranjeros a la economía europea. “Desde que Rusia comenzó su invasión a gran escala en Ucrania, hemos visto nuevas formas de sabotaje, manipulación e injerencia informativa extranjera, guerra electrónica y ataques híbridos y cibernéticos”, explica Dombrovskis.

En cuanto al pago en efectivo, su uso en la eurozona ha caído entre 2019 y 2024 del 72% al 52% en los puntos de ventas. En contraste, el uso del pago electrónico aumenta con el paso del tiempo y su dependencia a compañías internacionales pone en peligro la economía de los ciudadanos y las empresas de la UE.

Un sustituto de las tarjetas bancarias
La dependencia de pagos minoristas gestionados por actores extranjeros es vista como un punto débil para la autonomía estratégica. Con el euro digital, el BCE pretende hacer frente a esta vulnerabilidad y evitar posibles manipulaciones internacionales en el futuro. Sobre todo si se tiene en cuenta que la actuación de la UE en el escenario mundial puede verse también limitado por el control tecnológico de su economía.

En la actualidad, según informa el comisario europeo, 13 países de la eurozona dependen por completo de esquemas internacionales de tarjetas para las transacciones. Se trata de un dominio significativo de la infraestructura europea de pagos minoristas. Dombrovskis expresó también su deseo de poder alcanzar un acuerdo final bajo la Presidencia danesa del Consejo de la UE este semestre antes de que finalice el año.

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