Cartas al Director Filomena a mi Pesar 14 de noviembre de 2025

Así funciona el acceso al SEPE. Una vergüenza estatal

Señora Yolanda Díaz, tenga un poco de vergüenza y dignidad, al menos como ministra de trabajo y haga algo ante esta situación tan lamentable y denigrante para quienes usted debería proteger y ayudar no con palabras sino con hechos

Yolanda Díaz

Buenos días: Les escribo para transmitir la situación vergonzosa que tenemos que sufrir los trabajadores que vivimos en la Comunidad de Madrid, para acceder al SEPE, que como ustedes saben, es el Servicio Público de Empleo Estatal.

Por favor, sólo leyendo hasta el final, se puede comprender la indignación de la situación y en algunos casos quizá, el peligro de seguridad que conlleva. Disculpen la extensión, pero quiero transmitir la desesperación del proceso.

Para que te atiendan en el SEPE, es necesario conseguir una “cita previa” y para ello, supuestamente hay dos opciones: un número de teléfono, que los mismos guardias de seguridad que impiden el paso a las oficinas te dicen que ni lo intentes, y una oficina virtual o sede electrónica del organismo estatal donde realizas el proceso de tramitación de la cita previa en cuestión.

Esta fue mi experiencia, y les puedo asegurar que la de muchos trabajadores, al menos, de la Comunidad de Madrid.

Antes de las ocho de la mañana, tal y como me indicaron, me conecto a internet con el móvil y voy a la página web del SEPE, cita previa. Recuerdo que me recomendaron ir lo más rápido posible, algo que entendí al tercer día, cuando logré conseguir la cita. Nunca imaginé lo veloz que había que ser.  Casi rayando lo imposible.

Comienzo a seguir las instrucciones:

Introduzca el código postal.
Tipo de oficina. Opción prestaciones.
Trámite. Aquí hay que “pinchar” en la razón de la petición de cita que, como pueden comprobar, todo trabajador puede necesitar en algún momento. En mi caso, sólo era para pedir información. Las opciones son:
Ha finalizado un trabajo, acceso o reanudación de prestación o subsidio.
Otros accesos o subsidios.
Declaración anual de Rentas o prórroga.
Cobros indebidos, sanciones, variaciones económicas o familiares. Otras incidencias.
Estoy cobrando prestación/subsidio y ha cambiado mi situación.
Tránsito a IMV (Ingreso Mínimo Vital).
Información general, entrega de documentación, modificación de datos bancarios.
Subtrámite. En mi caso, simplemente información general.
Entrega de documentación.
Información general.
Modificación de datos bancarios.
Introduzca su DNI.
El sistema me dirige a otra pantalla donde te pide seleccionar o modo telefónico (algo efímero puesto que salen dos o tres oficinas en los primeros minutos  y se cogen rápidamente), o modo presencial. Selecciono éste.

Tengo suerte y se reflejan en la pantalla algunas oficinas. Miro si están más o menos cercanas a mi domicilio. Es decir, alguna que no esté a las afueras, donde tenga que coger el tren, puesto que tendría que pagar un “plus” sobre mi tarjeta metro-autobús zona A. Selecciono una que, aunque retirada, entra en la zona que cubre mi abono transporte.

A continuación, me remite a una nueva página donde me informa que “no pueden ofrecerme la cita en la oficina preseleccionada”. Les aseguro que, en lo descrito hasta ahora tardé menos de un minuto. Parece que he sido lenta.

Vuelvo a la página anterior donde se supone que siguen estando algunas oficinas disponibles. Ya no aparecen.

LA MINISTRA DIANA MORANT DICE QUE NO COGIO EL TELEFONO AL GOBIERNO DE VALENCIA EN LOS DIAS POSTERIORES A LA DANA PORQUE NO LE DIO LA GANA

Vuelvo al inicio y repito todos los pasos descritos. Son apenas las 8:15 am. No hay o no han “liberado” nuevas oficinas. Vuelvo al inicio y espero. Voy repitiendo los pasos una y otra vez por si acaso “liberan” oficinas. Nada aparece.

Son las 8:45 am. Todavía nada. Ya. Vuelven a aparecer nuevas oficinas. Lo intento con otra y se repite el mensaje. “En estos momentos no podemos ofrecerle cita en la oficina preseleccionada”. Voy al inicio y vuelven a desaparecer todas las que habían “liberado”.

Espero. Y así, señores, dos horas, hasta que tuve que dejarlo. No obstante, volví a intentarlo cuando iba en el metro. Ya era tarde, 12;15. No había nada. A las 12;46 pm, aparecieron tres oficinas de las afueras. Pese a ello, seleccioné una. Lo mismo, el mantra. Esperé. Ya no salía ninguna oficina. Era quizá demasiado tarde. A ver qué pasa mañana, pensé.

Al día siguiente tuve algo de suerte. Seleccioné una oficina y me mandaron al móvil un código que tenía que introducir en una nueva pantalla. Hice rápidamente un corta y pega y me posicioné en dicha pantalla. Introduje el código y de nuevo me encontré con el mensaje mantra: “no podemos ofrecerle cita en la oficina preseleccionada”. Al parecer, volví a tardar demasiado, esta vez, al pasar de pantalla del código mandado a la pantalla de tramitación. Así todo el día. Intentos fallidos todos, con código o sin él.

Pensé: mañana lo intento con el ordenador y el móvil a la vez. Así podré ganar unos pocos segundos, al evitar el corta y pega y saltar el paso de pantallas en el móvil. Tendré preparado el móvil para, una vez recibido el código, introducirlo directamente en la pantalla del ordenador, de la página del SEPE.

Al día siguiente, desesperada, salió la pantalla con alguna oficina, seleccioné la primera sin leer si estaba a las afueras o en la luna. Ya me daba igual.  Me mandaron el código al móvil convenientemente preparado. Me repetía el número en voz alta para memorizarlo y no confundirme al introducirlo en la pantalla del ordenador. Parece que marcha, me dije, porque apareció otra página donde me solicitaban otros datos personales y… ¡Bingo, señores! Eso sí, a las afueras, muy afueras. Pero no importaba. Lo había conseguido.

Después de la proeza, no pude evitar pensar que yo era la lenta, la torpe. Pero días después, lo comenté con algunas personas y con cierto alivio (ya ven a lo que llegamos) me dijeron que les estaba pasando a todos y que incluso, atención a esto por favor, mucha gente iba a locutorios para que, por 5 ó 10 euros le hiciesen el trámite. Sinceramente, me pareció alucinante. Estamos hablando de “conseguir” una cita previa en el SEPE para que te atiendan y en mi caso, sólo me informen. Quise comprobarlo.

Entré en un locutorio al azar y pregunté a un hombre que parecía pakistaní o indio o no sé. Supongo que da igual que sea español o extranjero. Le pregunté por el asunto en cuestión. Me escudriñó con la mirada y después de unos minutos confirmó que hacían la tramitación previo pago.

La UE hará pagar tasas aduaneras a los paquetes pequeños de menos de 150 euros como los de Shein o Temu y Aliexpress

Salió una señora con un hiyab y me pidió el número de DNI; el domicilio y todos los datos necesarios. Le respondí que me lo pensaría y evidentemente  no volví.

Este es el periplo infernal que tenemos que realizar en la Comunidad de Madrid para simplemente informarnos o  hacer trámites en el SEPE, insisto estatal.

Señores, a quienes corresponda. Hagan algo. ¿Se están dando cuenta de que se está entregando información personal, además del DNI, a personas desconocidas extranjeras o no? ¿Se están dando cuenta del peligro que puede suponer en cuanto a seguridad individual o quizá nacional, la cesión de este tipo de datos a no sabemos quiénes? Sí, supongo que los Cuerpos saben. ¿Acaso forma parte de algún control? Se hace por propia voluntad, sí, pero ¿qué hacer si no hay medios o tienes una invalidez o no tienes ordenador o no tienes ese tiempo, etc.?

Señora Yolanda Díaz, tenga un poco de vergüenza y dignidad, al menos como ministra de trabajo y haga algo ante esta situación tan lamentable y denigrante para quienes usted debería proteger y ayudar no con palabras sino con hechos. Elimine este bochornoso procedimiento, esta deleznable carrera de obstáculos. Facilite la tramitación a personas, muchas de ellas vulnerables y todas con situaciones, delicadas, insuficientes y/o precarias.

Después de la cita, ya presencial y la información recibida, me encuentro con un mensaje en el móvil donde me piden evaluar el proceso. Pues aquí tienen mi evaluación que insisto, no es la única puesto que así funciona para todos los que lo necesiten, que somos muchos.

Atentamente, “Filomena a mi Pesar” – Madrid.

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