El Gobierno veta la presencia de Canarias, incluso simbólica, en la cumbre con Marruecos

Las relaciones entre Canarias y Marruecos datan formalmente desde 1527. Pero en 1549 España, a petición de Portugal, llegaría a prohibir la navegación y el comercio con Marruecos. Así se siente el Gobierno canario en 2025: puenteado.

Y es que Coalición Canaria (CC) ha denunciado que el Gobierno central ha incumplido el pacto firmado cuando la investidura de Pedro Sánchez para que las islas formen parte de las reuniones bilaterales entre España y Marruecos.

Es la disputa por quién se sienta —o no— en la mesa con Marruecos lo que vuelve a tensar la relación entre Canarias y el Gobierno central en la nueva Reunión de Alto Nivel (RAN) entre Madrid y Rabat.

El presidente canario, Fernando Clavijo, ha elevado el tono al denunciar que el Estado niega la presencia del Archipiélago en la delegación, pese a que en la RAN se discutirán asuntos que afectan de lleno a las islas: migración, fronteras marítimas y recursos naturales.

Clavijo, que asegura haber recibido la respuesta negativa del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, sostiene que el Gobierno central está incumpliendo la “agenda canaria” pactada en el acuerdo de investidura firmado entre CC y PSOE hace dos años. Aquel documento, hoy desempolvado, fijaba negro sobre blanco que “Canarias estará presente, con representación propia, en negociaciones con Marruecos en materias que afecten al Archipiélago”.

“Solo pedimos estar presentes. No vamos a definir la política exterior de España, pero sí a conocer de primera mano qué se negocia sobre nuestro futuro”, recalca Clavijo.

La RAN, el tablero donde se juega medio futuro de Canarias
La cumbre de este miércoles y jueves en Rabat no es una cita más. En ella se abordan ejes que en Canarias se sienten como políticas domésticas.

Rabat controla la llave de los flujos migratorios ilegales hacia Canarias. Sin cooperación efectiva, el Archipiélago vuelve a convertirse en frontera desbordada.

Delimitación marítima
Los solapamientos de espacios en aguas saharianas, el expediente de la plataforma continental y la actividad exploratoria marroquí en la fachada atlántica convierten este asunto en uno de los más sensibles. También está la posible explotación de minerales estratégicos —incluidos fondos marinos— y proyectos energéticos en la zona económica de Marruecos impactan directamente en la economía canaria.

“Canarias es la región más afectada por esa relación bilateral. Ser excluidos no es coherente con el pacto firmado ni con la propia realidad geopolítica”, afirma el presidente.

Madrid responde: competencias sí, silla no
La carta del ministro Albares —según ha revelado el propio Clavijo— descarta cualquier representación oficial de la comunidad autónoma en la delegación.

Moncloa se escuda en que la política exterior es una competencia exclusiva del Estado, argumento jurídicamente impecable pero políticamente frágil para un territorio que vive en primera línea las consecuencias de esa política.

El Gobierno central ofrece como compensación la participación canaria en “grupos de trabajo”… pero Clavijo recuerda un matiz clave: "Esos grupos nunca se constituyen. Y cuando se constituyen, nunca se reúnen.”

Montero entra en escena
Clavijo anticipa que este será un tema prioritario en su próxima reunión con la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que actúa como dique político entre la presión territorial y la ortodoxia diplomática del Estado.

El presidente canario quiere trasladarle que no se trata de una injerencia en política exterior, sino de garantizar transparencia y coherencia en asuntos que, en Canarias, no son abstractos: llegan en pateras, afectan al mar que rodea al Archipiélago y condicionan sectores estratégicos como la pesca o la energía.

Rabat observa y toma nota
Las fuentes marroquíes consultadas siempre admiten lo mismo en privado: Marruecos sabe que Canarias es un actor relevante, aunque España mantenga la ficción administrativa de que es solo una comunidad autónoma más.

Rabat escucha, mide y recuerda. La ausencia canaria en la RAN es también un mensaje que el Reino vecino interpreta en clave de interlocución.

Una agenda canaria que vuelve a ser un contrato político
El punto siete del acuerdo CC–PSOE, que muchos consideraban simbólico, vuelve ahora como munición parlamentaria: Delimitación marítima, control migratorio y explotación de recursos naturales.

Los tres asuntos que Marruecos negocia con España. Los tres asuntos que afectan de lleno a Canarias. Los tres asuntos para los que CC reclama presencia.

La posición de Clavijo sintetiza un cambio de época en la política exterior española: las comunidades fronterizas no aceptan ser tratadas como actores secundarios.

El presidente canario lo resume con una frase que va a seguir resonando en Madrid: “No pedimos competencias. Pedimos estar. Porque están hablando de nosotros". Y todo ello, justo antes de una RAN en la que Marruecos vuelve a situarse en el centro del tablero atlántico y Canarias, una vez más, exige su sitio.

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