Detenido el jefe antidroga de la Policía Nacional de Valladolid por quedarse con alijos

¡La Policía Nacional en Valladolid deja al descubierto las grietas de la lucha contra el narco! Luis F., el jefe de la Unidad de Estupefacientes de la Comisaría de Delicias, ha sido detenido por la Brigada Central de Asuntos Internos de Madrid en una operación que huele a corrupción endémica:

Acusado de quedarse con alijos de droga incautados en operaciones antidroga, el comisario de 52 años se encuentra bajo custodia en la misma comisaría que dirigía, mientras investigadores barren su vivienda de lujo en Arroyo de la Encomienda y precintan taquillas y despachos.

 ¡Con un estilo de vida que incluye coches de alta gama y un rol clave en la seguridad del estadio José Zorrilla, Luis F. –casado con Marta Sanz, ex secretaria de las Cortes de Castilla y León y actual portavoz del PP en Arroyo de la Encomienda– enfrenta cargos por apropiación indebida, posible implicación en tráfico de estupefacientes y delitos relacionados con la prostitución! Esta no es una detención aislada; es la segunda purga de Asuntos Internos en Valladolid en dos años, recordándonos que el que persigue al demonio a veces baila con él.

La redada, un mazazo quirúrgico que arrancó a las 9:00 horas del jueves 4 de diciembre, fue un baile de efectivos de Asuntos Internos que irrumpieron en al menos cinco puntos clave: la vivienda familiar en Las Lomas de La Flecha (Arroyo de la Encomienda), la comisaría de Delicias –donde se sellaron taquillas y el despacho de Luis F.– y otros tres lugares aún bajo secreto de sumario.

 «La operación está en curso y no se descartan más detenciones», susurran fuentes policiales, pintando un cuadro de investigación que lleva meses gestándose bajo la lupa de Madrid. El detonante: un nivel de vida incompatible con un sueldo de comisario, jalonado por vehículos de alta gama y un rol de «coordinador de seguridad» en los partidos del Real Valladolid que le daba acceso privilegiado a operaciones sensibles.

 ¿El meollo? Quedarse con alijos incautados –drogas que deberían haber sido destruidas–, un delito que la UCO ya ha corroborado con indicios «bastantes» y que podría escalar a blanqueo si se confirma su vínculo con redes de prostitución y tráfico.

Luis F., de 52 años y con una carrera ascendente en la Policía Nacional, no cayó solo: la operación dejó al menos cuatro detenidos más, algunos de origen dominicano y posiblemente vinculados a las redes que él mismo perseguía. Permanecerá en calabozos de la Comisaría de Delicias a la espera de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Valladolid, donde un juez podría decretar prisión provisional si los indicios aprietan.

Su esposa, Marta Sanz –ex secretaria de las Cortes con Ciudadanos y actual portavoz del PP en Arroyo de la Encomienda–, se encuentra en el ojo del huracán: aunque no está imputada, su perfil político añade sal a la herida, con el subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales, limitándose a «no saber nada oficial hasta que concluya la operación». «No sé nada más oficialmente, ni lo sé ni quiero saberlo hasta que concluya la operación», soltó Canales, en un silencio que huele a contención.

Este no es un caso aislado; es el eco de una purga que ya golpeó Valladolid en 2023. Entonces, la agente O.R.G. cayó por traficar drogas desde su vivienda en la calle Mieses, revelación de secretos y distribución rápida de estupefacientes: condenada inicialmente a seis años de prisión (reducidos a tres y medio por el TSJ de Castilla y León), más ocho años de inhabilitación y una multa de 3.300 euros.

Su pareja, C.A.G.G., aceptó tres años de cárcel y multa similar en un pacto con la Fiscalía, tras cuatro meses de vigilancia, 68 actas y escuchas que destaparon un piso como punto de venta exprés. «La investigación de 2023 involucró escuchas telefónicas y vigilancia exhaustiva», recuerdan fuentes, pintando un patrón de corrupción que Asuntos Internos no tolera más.

En un Castilla y León donde la lucha antidroga es un frente de guerra silenciosa, esta detención de Luis F. no solo cuestiona la integridad de una unidad clave; erosiona la confianza en las fuerzas que protegen nuestras calles. ¿Habrá más nombres en el horizonte, o era un lobo solitario? El pulso de la justicia late con esta redada que limpia de dentro hacia fuera: ¡el jefe antidroga, en el banquillo del narco! Sigue las declaraciones judiciales en nuestras redes – porque cuando el perseguidor cae, la caza cambia de manos.

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