"María Teresa Campos no es la reina de las mañanas, es la reina de la televisión". Estas palabras las dijo el mismísimo Xavier Sardá cuando él triunfaba por la noche con sus Crónicas Marcianas y María Teresa Campos hacía lo mismo, pero por el día. Muchos años han pasado desde entonces, pero aquella frase de Sardá nadie la podrá borrar nunca.

María Teresa Campos Luque, Mari Tere en sus primeros años, La Campos, la reina de las mañanas durante más de una década, la reina de los fines de semana, la primera mujer por la que se acuñó la ahora tan manida frase -no tanto cuando ella la abanderó- "una de las periodistas más poderosas e influyentes de la historia de la comunicación en España", ha muerto este martes por la mañana a los 82 años tras una cruel y desesperante enfermedad que la fue apagando día tras día.

El domingo por la mañana ingresó de urgencia en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid afectada por una insuficiencia respiratoria aguda. Su estado se fue agravando con el paso de las horas y en la tarde del lunes un comunicado de la familia ya calificaba su estado de "muy grave".

Sus hijas, Terelu Campos y Carmen Borrego, nunca quisieron dar el nombre de la enfermedad que se ha llevado a la comunicadora televisiva por excelencia de este país. "No soporto ver sufrir a mi madre", aseguraba su hija mayor, también periodista y presentadora, hace unos meses.

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María Teresa Campos sufría un importante deterioro cognitivo que le había cambiado la vida por completo, tanto a ella como a las personas de su entorno más cercano. La mítica presentadora se apartó de la pequeña pantalla en 2021 y, desde entonces, permaneció totalmente alejada del foco mediático. Unos últimos años que ensombrecieron una de las carreras más exitosas y mediáticas de este país.

 La enfermedad fue lo único que consiguió apartar a María Teresa Campos de una profesión que amó siempre, desde muy joven, desde el día en que con 15 años participó en un concurso de Radio Juventud de Málaga que presentaba su hermano Paco.

El director de la emisora se fijó aquel día en su voz y la contrató para ponerla al servicio de las más diversas tareas radiofónicas. Así, fue la voz de los Discos dedicados tan frecuentes de la época, de magazines con todo tipo de secciones -por ejemplo, Panorama-.

Tareas que la fueron curtiendo para cualquier tipo de trabajo en el medio. Llegó incluso a interpretar pequeños papeles teatrales locales con uno de los compañeros con quién formaría una famosa pareja de la radio de Málaga, Diego Gómez. Fueron años de gran popularidad para Mari Tere Campos, como sería conocida en su amada Málaga durante décadas.

"Fui educada para ser una señora de su casa, una mujer que debía entregarse por completo y en exclusividad a su marido y a sus hijos. La realidad fue bien diferente, porque el azar te lleva por otros caminos. Y a mí me arrastró. Me casé y fui madre.

Pero ni el matrimonio fue para siempre ni mi existencia se ha reducido a la familia como elemento único y definitivo. Por eso, no creo en el destino: pienso que uno mismo se hace su vida". Dos vidas fue la biografía que escribió María Teresa Campos y en ella seguramente haya muy pocas frases tan rotundas y sinceras como ésta. Ella, efectivamente, se hizo su propia vida, la de un reinado que duró décadas y que perdurará para siempre.

La Campos estaba destinada a tener una vida como muchas mujeres de su época, entregada a su marido y a sus hijos, pero se rebeló. Su inmersión en el mundo de las ondas, su carrera de Filosofía y Letras y su amor por el periodismo la convirtieron en una pionera en unos tiempos en los que ser mujer y triunfar era casi un milagro. Sólo estaba al alcance de unas pocas, y una de ellas fue María Teresa Campos.

Con 27 años fichó por Radio Popular Cope en Málaga y empezó a presentar el espacio Español Pop, en el que tomó contacto con numerosos cantantes, cantautores y personajes importantes del mundo de la música española de finales de los 60. Era 1968 y María Teresa Campos sería la mujer que organizaría los conciertos en Málaga de cantantes combativos de la época, como Joan Manuel Serrat o Lluís Llach.

Empezaba un camino de lucha hacia la libertad en el que María Teresa -ya nunca más Mari Tere Campos- tomó parte. Nunca estuvo en la esencia de María Teresa Campos mirar hacia otro lado ni ir en contra de sus ideales. Tampoco ocultarlos.

   Ocurrió con el programa Mujeres 72, en el que empezó a hablar de mujeres libres y de feminismo, y que condujo hasta 1980 en Radio Juventud. Fue también figura relevante de estos nuevos aires en su ciudad, aunque nunca formaría parte de ningún partido político. No obstante, sufrió amenazas de sectores extremistas durante la Transición española y uno de los momentos más destacados de su vida profesional en Málaga se produjo en 1981, cuando leyó el manifiesto contra el golpe de Estado del 23-F.

Con la llegada de la democracia, María Teresa Campos se convirtió en directora de informativos de Andalucía de Radiocadena Española, labor por la que obtuvo su primer Ondas. Recibiría un segundo en 2003 por "su labor de dignificación de la televisión popular".

LA 'CHICA HERMIDA' QUE SUPERÓ AL MAESTRO
Madrid le cambiaría la vida. Se separó de su marido, el periodista José María Borrego Doblas, con el que llevaba casada 17 años, y empezaría sus primeros coqueteos con la televisión. Pero no fue hasta 1984 cuando su vida dio un giro de 180 grados. El duro golpe personal que supuso para María Teresa y para sus hijas el suicidio del periodista radiofónico sería el peor lado de una moneda en la que la mejor cara fue su profesión.

Fue Ramón Colom, director de RTVE desde 1984 el que vio en María Teresa Campos un filón. Gracias a él empezó a presentar varios programas y, aunque su nombre sonó para presentar el Telediario, la verdadera devoción profesional de la presentadora, finalmente fue elegida para presentar Estudio Directo junto a Marisa Abad.

Sin embargo, como muchas otras profesionales de la época, aunque ninguna con la proyección y el éxito de María Teresa Campos, fue Jesús Hermida el que le abrió todas las puertas. Sí, María Teresa Campos fue lo que se conoció como "una chica Hermida".

Fueron tres años en los que aprendió todos los rincones de la televisión, pero sobre todo lo que el espectador reclamaba. Sólo abandonó un año este camino, cuando en 1989 se convirtió en subdirectora de Hoy por hoy en la Ser con Iñaki Gabilondo. Un año después volvió ante las cámaras para sustituir al propio Hermida, que abandonaba el programa de sobremesa A mi manera para hacerse cargo del Telediario de la noche. Como le dijo Platón a Aristóteles, "el alumno superó al maestro".

Tanto, que en tan solo tres años María Teresa Campos se convirtió en la primera reina de las mañanas. Ahora se habla de Ana Rosa Quintana, con la que tuvo sus más y sus menos, por decirlo suavemente, tampoco fue fácil su relación con otra reina, Isabel Gemio, pero la primera reina de las mañanas fue sin ninguna duda y sin que nadie le puede quitar la corona, La Campos.

   Si la madre de Michael Jordan fue la culpable de los, llamémosles obscenos contratos publicitarios, María Teresa Campos fue la responsable de los ahora tan habituales fichajes escandalosos entre cadenas. En 1996 la presentadora se marchó a Telecinco con un contrato millonario para hacer el programa matinal, Día a día.

LAS PRIMERAS GUERRAS DE AUDIENCIAS
Fueron los tiempos de las primeras guerras de audiencias y María Teresa Campos era imbatible. Durante años nadie fue capaz de superarla. Era la reina, seguía siendo la reina. Pero en 2004 se produjo uno de los fichajes televisivos que aún más comentarios sigue generando. Antena 3 se llevó a María Teresa Campos en su guerra particular con Telecinco.

Antena 3 y María Teresa Campos perdieron. Su nuevo programa, Cada día, no cosechó ni mucho menos el éxito de su Día a día en Telecinco. María Teresa Campos había cedido el trono a Ana Rosa Quintana. El fracaso la llevó a apartarse durante un tiempo de los medios, hasta que en 2007 decidió regresar sustituyendo a Julia Otero en Punto Radio.

Pero su aventura radiofónica tampoco cuajó y regresó a Telecinco lidiando con varios programas hasta que encontró de nuevo, como ya hiciera casi dos décadas antes, el programa que la volvería a convertir en reina, esta vez de los fines de semana: ¡Qué tiempo tan feliz! la reconcilió con las audiencias, le dio las mayores alegrías de los últimos años de carrera. María Teresa Campos había vuelto, pero en 2017 un ictus la apartó demasiado tiempo. Cuando quiso volver ya no era lo que dejó. ¡Qué tiempo tan feliz! se cambió por Viva la vida y las audiencias dejaron de acompañarla.

   Aunque tuvo el reality con sus hijas, Las Campos, y aunque fue la defensora de la audiencia de Sálvame, su retirada fue el golpe definitivo. En 2019 y, aunque La Campos intentó que Telecinco le diera un nuevo programa, la cadena decidió poner punto final a un idilio de grandes momentos, pero también de los peores.

Dejar la profesión a la que se había entregado durante tanto tiempo aceleró su enfermedad. Aunque seguía reconociendo a su familia en cuestión de muy poco tiempo la María Teresa que conocíamos se fue apagando poco a poco, marchitando. Fueron los últimos años, porque María Teresa Campos, como dice la canción, sigue siendo la reina...

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