Ignacio Escolar y Eduardo Inda, unidos por las subvenciones públicas

Durante los últimos años, OkDiario ha sido receptor de subvenciones millonarias, incluyendo ayudas durante la pandemia concedidas por el Ministerio de José Luis Ábalos. A este respaldo financiero se suma el caso de El Diario, que ha recibido subvenciones públicas por un total de 374.000 euros en el último ejercicio

Noticias20 de junio de 2025Impacto España NoticiasImpacto España Noticias
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Eduardo Inda, Ignacio Escolar

En un panorama mediático fragmentado y marcado por una fuerte polarización, sorprende encontrar un punto en común entre dos figuras y medios aparentemente opuestos: Ignacio Escolar, director de El Diario, y Eduardo Inda, responsable de OkDiario.

Más allá de sus líneas editoriales contrapuestas, ambos coinciden en algo clave: la recepción de cuantiosas subvenciones y publicidad institucional procedente de fondos públicos, lo que pone en entredicho su imparcialidad y cuestiona el uso de recursos públicos en el ámbito de la comunicación.

Subvenciones millonarias que despiertan dudas
Durante los últimos años, OkDiario ha sido receptor de subvenciones millonarias, incluyendo ayudas durante la pandemia concedidas por el Ministerio de José Luis Ábalos. A este respaldo financiero se suma el caso de El Diario, que ha recibido subvenciones públicas por un total de 374.000 euros en el último ejercicio.

Estas ayudas se desglosan en 42.000 euros por la celebración de su aniversario, 56.000 euros destinados a la “internacionalización cultural”, 42.000 euros para proyectos vinculados a videojuegos, pódcast y creación digital, y, de manera destacada, 234.000 euros para el desarrollo de inteligencia artificial.

Estos conceptos, por su diversidad, generan una pregunta inevitable: ¿qué criterios técnicos y objetivos justifican la concesión de subvenciones públicas a medios de comunicación en ámbitos tan dispares? ¿Se trata de una política de apoyo real a la innovación y a la calidad informativa, o son estas ayudas un mecanismo de financiación encubierta que condiciona la independencia editorial?

Publicidad institucional: un incentivo cuestionable
Además de las subvenciones directas, tanto OkDiario como El Diario han sido beneficiarios de contratos de publicidad institucional, es decir, inversión pública en espacios publicitarios dentro de sus plataformas. Esta práctica, aunque común, alimenta el debate sobre la imparcialidad en la prensa, ya que crea una relación económica directa con las administraciones, que puede traducirse en un sesgo favorable o en una menor crítica hacia las instituciones que financian esos espacios.

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La paradoja de la independencia editorial
El problema central no es solo la cuantía de las ayudas, sino la percepción y realidad de que ambos medios, con discursos y líneas editoriales diametralmente opuestas, continúan recibiendo recursos públicos. Esto genera un doble problema: por un lado, dificulta a los lectores distinguir si la crítica o el apoyo editorial están realmente basados en un análisis independiente o si están condicionados por los intereses derivados de la financiación pública.

 Por otro, pone en evidencia la falta de un sistema transparente y riguroso para la concesión de estas ayudas, lo que abre la puerta a la arbitrariedad y al uso político de los fondos.

¿Qué debe cambiar?
Para preservar la libertad y pluralidad de prensa, es imprescindible que el sistema de subvenciones y publicidad institucional sea revisado y regulado con criterios claros, objetivos y transparentes, alejados de la arbitrariedad y de intereses partidistas. La financiación pública debe tener como fin exclusivo el fomento de la calidad informativa, la innovación genuina y la pluralidad, sin comprometer la independencia de los medios.

Además, debería establecerse un control riguroso que impida que la dependencia de subvenciones públicas y contratos de publicidad institucional conviertan a los medios en actores condicionados, sujetos a presiones políticas o económicas que limiten su función esencial: ser contrapeso del poder y vigías de la democracia.

La coincidencia en la recepción de subvenciones y publicidad institucional por parte de Ignacio Escolar y Eduardo Inda no es una casualidad, sino un síntoma de un sistema de financiación pública que necesita urgentemente una reforma profunda. Mientras los ciudadanos sigan pagando con sus impuestos estas ayudas sin garantías claras de imparcialidad y eficiencia, la confianza en los medios y en la democracia seguirá erosionándose.

El dinero privado también condiciona: El Diario.es y el respaldo de las fundaciones de George Soros
Más allá de los fondos públicos, eldiario.es también ha sido beneficiario de financiación procedente de entidades privadas internacionales, entre ellas, organizaciones vinculadas al multimillonario George Soros, a través de la Open Society Foundations (OSF). Estas subvenciones han generado críticas por parte de sectores políticos y mediáticos que cuestionan la independencia real del medio frente a una agenda ideológica promovida desde fuera de España.

La relación no es secreta: el propio medio ha reconocido que recibió financiación de la OSF para proyectos relacionados con los derechos humanos, la transparencia institucional o el periodismo de investigación en Europa. Según declaraciones de su director, Ignacio Escolar, estas ayudas no suponen una injerencia editorial, sino un apoyo puntual a contenidos específicos.

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Sin embargo, el debate sigue vigente. Algunos analistas y observadores denuncian que estas contribuciones privadas, aunque legales, pueden influir en el enfoque editorial sobre temas como inmigración, justicia global o política internacional, alineando al medio con la narrativa progresista global impulsada por Soros y otras élites financieras.

 La cuestión se agrava si se considera que eldiario.es no solo recibe fondos de OSF, sino también de gobiernos y organismos públicos europeos, lo que refuerza la percepción de dependencia institucional —sea esta pública o privada.

En definitiva, el caso de eldiario.es ilustra cómo la independencia mediática se ve tensionada tanto por el dinero público como por el privado. Y subraya la necesidad de una mayor transparencia no solo en los ingresos que los medios obtienen, sino también en los efectos que estos pueden tener sobre su línea editorial y su capacidad para ejercer un periodismo libre de servidumbres.

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