La UCO descubre que Ábalos también mandaba dinero a una peruana

La trama Koldo sigue creciendo y salpicando cada vez más al exministro socialista José Luis Ábalos.

 Ahora, un nuevo informe de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) ha destapado un capítulo desconocido: el exministro enviaba dinero en metálico al extranjero, concretamente a Perú, a una mujer llamada Jénifer Balta Cueva, encargada de gestionar un inmueble suyo en la ciudad costera de Chimbote.

Según la investigación, los pagos se realizaban a través de transferencias, giros por Western Union y entregas en efectivo canalizadas mediante la red de colaboradores del exministro. El dinero —en euros y dólares— salía desde cuentas vinculadas a su entorno más cercano, en especial de Patricia Úriz, esposa de Koldo García Izaguirre, el hombre de confianza de Ábalos y epicentro del caso de corrupción.

 Una casa en Perú y una apoderada con “contacto directo” con el exministro
El inmueble, adquirido por Ábalos en 1998, se encontraba formalmente a su nombre, aunque la gestión diaria recaía en Jénifer Balta Cueva, quien actuaba como su representante en el país sudamericano.

La mujer contaba con un poder notarial firmado por Ábalos en Madrid, que le permitía administrar la vivienda y realizar trámites legales. En 2019, incluso denunció a unos okupas ante la Policía peruana, afirmando que “la casa pertenece a José Luis Ábalos Meco”.

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Pero lo que hasta ahora era una mera relación de gestión inmobiliaria se ha revelado como un entramado de envíos periódicos de dinero, muchos de ellos sin justificar. La UCO ha documentado al menos siete operaciones entre 2018 y 2019, con importes que oscilaban entre 634 y 1.634 euros, y que en algunos casos se camuflaban a nombre de familiares de Jénifer, como su madre o su marido.

 Los mensajes que lo delatan
El informe recoge mensajes de WhatsApp entre Patricia Úriz y Jénifer, en los que coordinaban la entrega del dinero.
En uno de ellos, del 4 de junio de 2019, Úriz le escribió:

«Estoy de camino. He tenido una llamada urgente y no he podido ir antes pero llego enseguida».

A lo que Jénifer respondió pidiendo que le avisara “cuando el dinero estuviera listo”.
En otra conversación, Jénifer mencionó directamente a Ábalos, usando sus iniciales:

«No sé si JL te habrá comentado ya… pero hoy harán otra transferencia».

Ese mismo día, Koldo remitió a su esposa una imagen enviada por el exministro con un desglose de gastos que incluía conceptos como “seguridad, abogada” o “copias legalizadas – fiscal”, por montos que ascendían a miles de dólares.

Dinero de la trama de las mascarillas
Lo más grave, según la Guardia Civil, es el origen del dinero.

El informe sostiene que parte de esos fondos provenía de la trama de corrupción que cobró comisiones millonarias por contratos de mascarillas durante la pandemia.
Úriz actuaba como intermediaria: recibía el dinero en metálico de Koldo García y lo remitía a Perú.

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En un mensaje del 10 de junio de 2019, ella misma escribió:

«Como no tengo dinero te escribo cuando acabe de comer y me paso o te espero aquí».

Para los investigadores, esto demuestra que era Koldo quien le entregaba el efectivo, procedente de pagos opacos sin registro contable.

Un patrón de dinero negro y favores personales
El nuevo hallazgo refuerza la tesis de la UCO sobre la existencia de una “caja B” en el PSOE, desde la que se financiaban gastos personales, viajes, pisos y ahora también propiedades en el extranjero.

José Luis Ábalos —que ya fue señalado por mantener a cinco mujeres con fondos irregulares y por sus “sobres” en Ferraz— habría usado el mismo mecanismo de efectivo para enviar dinero fuera de España, sin declarar ni justificar su procedencia.

Una vez más, el autoproclamado “Gobierno más progresista de la historia” muestra su verdadero rostro:
 sobres, pisos, amantes y giros internacionales.
Todo con dinero que sale del bolsillo de los españoles.

El “caso Ábalos” deja de ser una anécdota para convertirse en un símbolo del socialismo clientelar: ministros que cobran sobres, asesores que reparten efectivo y mujeres que gestionan sus casas desde Perú.

Mientras tanto, el Gobierno habla de “solidaridad internacional”.
Y sí: la solidaridad existía, pero con dinero en metálico y a nombre de Jénifer Balta Cueva.

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