Joaquín Miguel Barceló, amigo de la infancia del expresidente de la Generalitat Valenciana y exministro del PP Eduardo Zaplana, ha confesado en el juicio que se sigue en el caso Erial que fue su testaferro.

Barceló admitió que manejaba el dinero de Zaplana por su amistad y porque el ex ministro se lo pidió. Según su confesión, Zaplana le comentó que había encontrado una cantidad de dinero inesperada y le pidió que se hiciera cargo de ella debido a su temor a la atención mediática.

Barceló aceptó, pero posteriormente descubrió que la cantidad depositada en Luxemburgo era de 2,5 millones de euros, aunque en realidad eran 6,5 millones.

Barceló, considerado uno de los principales testaferros de Zaplana, enfrentaba una condena de ocho años de prisión por pertenencia a grupo criminal y blanqueo, pero tras su acuerdo con el fiscal, su pena podría verse reducida.

A pesar de esta confesión, Zaplana negó tener negocios con los acusados y cualquier dinero oculto en el extranjero. La traición de un antiguo amigo ha desbaratado por completo la estrategia de defensa del ex ministro y ex presidente de la Generalitat Valenciana.

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