Los 177 traidores dan un golpe contra la Constitución y el Estado de Derecho
Pedro Sánchez ha descubierto sus cartas, pasado por encima de la Constitución, empeñado en seguir en La Moncloa, al precio que sea
He intentado esperar unos días, para tranquilizarme y escribir con más moderación, pero me ha sido imposible.
No quiero ser cómplice o encubridor del golpe de Estado que se ha perpetrado contra la Constitución y los Jueces.
En definitiva, contra el Estado de Derecho.
Y, también como la monarquía, aunque estoy seguro de que Felipe VI firmará lo que le pongan encima de la mesa, hasta su abdicación, llegado el caso. (Que llegará, y pronto).
Pedro Sánchez ha descubierto sus cartas, pasado por encima de la Constitución, empeñado en seguir en La Moncloa, al precio que sea…
Ahora se siente débil, sabe que está acorralada, y como animal político que es, huele el peligro, y sus reacciones son siempre imprevisibles.
De cualquier forma, creo que hasta las elecciones al Parlamento europeo, el próximo día 9, no hará nada.
Y después, los poderes invisibles, que todos conocemos, decidirán, y él, solamente ejecutará.
Pero ha quedado claro que ya no preside un partido, sino una jauría de delincuentes políticos, separatistas y etarras, todos ellos igual de criminales que su banda…
Su desgobierno se ha caracterizado por varias notas básicas, el nepotismo, la corrupción y la incompetente.
A partir de ahora hay que sumar la traición y el golpismo anticonstitucional.
En definitiva, quiere ser un tirano, y no digo dictador, porque dictador ya lo es desde 2018, que ha hecho siempre lo que le ha salido de los cataplines.
A los que somos católicos, y por lo tanto tenemos esperanza, solo nos queda rezar, organizarnos como sociedad civil (a Dios rogando, pero con el mazo dando), y confiar en los muy dignos Jueces españoles.
Y, por supuesto, apoyarles en todas las decisiones que adopten, pues fuera del Derecho solo impera la barbarie, y la “ley” del más fuerte.
No digo la Fiscalía, como institución, pues ya sabemos de qué pie cojea, pero sí en algunos fiscales de categoría, que aman el Derecho y la Justicia, y estoy seguro cumplirán con su deber.
Comparte en Redes Sociales
Apoya el periodismo independiente y crítico
Evite la censura de Internet suscribiéndose directamente a nuestro canal de Telegram, Newsletter
Haz tu Donación
Síguenos en Telegram: https://t.me/impactoespananoticias
Whassapt Impacto España: https://chat.whatsapp.com/DkvQU3OzEzz1Ih524CPUd7
Twitter: https://twitter.com/impactoSumustv
Instagram: https://www.instagram.com/impactoespana?r=nametag
YOUTUBE:https://youtube.com/@impactoespananoticias
Odysee: https://odysee.com/@impactoespa%C3%B1anoticias:a
WhatsApp: 635967726
Te puede interesar
Él, la, li, lé, consigo
Porque hay gente con ideología que se cree con derecho a imponérsela a los demás. De eso son culpables todos los gobiernos que hemos tenido, como si el poder fuera suyo y no otorgado por el pueblo a título provisional para que nos sirva para resolver nuestros problemas
EL TÍTULO PERDIDO
En fin, España no necesita políticos que se inventen títulos para impresionar. Necesita líderes con honestidad, competencia y un poquito de vergüenza. Hasta entonces, seguiremos riéndonos (y llorando) con cada nuevo capítulo de esta comedieta
¿Ya no hay lugar para la prudencia? Releyendo la “Ética a Nicómaco”
“El bien del hombre es una actividad del alma de acuerdo con la virtud” Aristóteles, Ética a Nicómaco, Libro I, 7.
El desamparo del alma en la espiritualidad postmoderna
“El hombre moderno vive, para bien o para mal, en un mundo desacralizado, que en cierto modo ha dejado de ser un 'mundo'. Pues si para el hombre de las civilizaciones arcaicas lo sagrado era la única realidad, hoy la profanidad es el único absoluto” Mircea Eliade, Lo sagrado y lo profano
Un español en el imperio del centro
"A Sánchez le encantaría ser el Xi Jinping ibérico y prescindir de la separación de poderes, la justicia independiente, la UCO insobornable y otras molestias"
Del Estado fallido al Estado criminal
Analizar la transición de un Estado fallido al Estado criminal permite comprender cómo el poder puede mantenerse incluso cuando el Estado deja de cumplir sus funciones esenciales