El Club Bildeberg le exige a Feijóo la ruptura con Vox
Feijóo ha posicionado al PP como un partido que ha asumido los postulados de la izquierda globalista
En los últimos años, el panorama político español ha experimentado una reconfiguración significativa, con un Partido Popular (PP) que intenta redefinir su estrategia para mantener su relevancia y poder dentro del complejo escenario político actual.
Uno de los actores clave en este proceso es Alberto Núñez Feijóo, quien ha emergido como una figura dispuesta a hacer concesiones en su camino hacia la Moncloa. En este contexto, su viraje hacia los postulados globalistas y su resistencia a pactar con Vox, un partido etiquetado como de extrema derecha, han despertado interrogantes sobre las verdaderas motivaciones detrás de su estrategia política.
¿Está Feijóo siguiendo una hoja de ruta diseñada por las élites globalistas, concretamente el Club Bilderberg, que le habría advertido sobre los peligros de aliarse con Vox? Esta presión internacional, junto con su propio cálculo político, explicaría su aparente promoción de un nuevo partido de derecha liderado por figuras como Iván Espinosa de los Monteros y el analista político Alvise Pérez, cuya creación podría estar destinada a fragmentar la derecha y beneficiar al PP.
A medida que el globalismo impulsa a Feijóo a desactivar a Vox, paralelismos claros surgen con la estrategia de Pedro Sánchez, quien ha logrado desactivar a Podemos y consolidar a Sumar como una fuerza política más manejable en la izquierda.
Este análisis no solo desentrañará los motivos detrás de las decisiones de Feijóo, sino también las implicaciones más amplias de este movimiento para el futuro de la política española.
El viraje de Feijóo hacia el globalismo
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP desde 2022, ha adoptado una postura más izquierdista en varios temas, desde temas ideológicos, inmigración, unidad de España, hasta las relaciones exteriores. Sin embargo, este posicionamiento responde a una estrategia más amplia de acercamiento a los intereses globalistas que, en los últimos años, han influido significativamente en la política europea.
Pero hay un tema que aún no ha resuelto Feijóo y que le exigen alejarse Vox. Un alejamiento parece haber sido motivado no solo por razones internas, sino también por presiones externas provenientes de organismos internacionales como el Club Bilderberg.
La influencia del Club Bilderberg en el PP
El Club Bilderberg, un foro internacional conocido por reunir a líderes políticos, empresariales y académicos de todo el mundo, ha sido objeto de controversia durante décadas debido a su carácter secreto y su influencia en las decisiones políticas globales. Entre sus participantes se encuentran jefes de estado, primeros ministros, directores de bancos centrales y destacados empresarios, quienes debaten, en privado, sobre el futuro político y económico del mundo.
Una de las novedades españolas en la reunión del Club Bilderberg de este año, que se celebró el pasado fin de semana en el Hotel Eurostars Suites Mirasierra de Madrid, fue la asistencia del secretario de Asuntos Internacionales del Partido Popular, Ildefonso Castro.
Según fuentes cercanas al encuentro, Castro habría recibido un «toque de atención» por parte de algunos de los presentes, quienes le habrían advertido sobre las consecuencias de una posible alianza entre el PP y Vox.
El mensaje que escuchó fue contundente: Feijóo tiene que evitar pactar en Europa con la ultraderecha. En la reunión se insistió en que, al igual que en otros países europeos, España no podría permitirse un gobierno que incluyera a fuerzas nacionales soberanistas, etiquetadas de extrema derecha, dado que esto podría desestabilizar la política europea y amenazar el proyecto globalista.
Esta advertencia habría sido transmitida a Feijóo, quien ya había mostrado signos de inclinación hacia un enfoque más globalista en su política exterior. Desde ese momento, el líder del PP parece haber adoptado una postura mucho más firme en su rechazo a cualquier tipo de pacto con Vox, a pesar de la presión de ciertos sectores de la derecha que ven en esta alianza la única opción viable para derrocar al actual gobierno de coalición progresista. En este contexto hay que entender las rupturas de los gobiernos autonómicos de coalición del PP y Vox.
Feijóo: ¿Moderación genuina o cálculo estratégico?
El cambio de Feijóo hacia una postura globalista supeditando los intereses de España a los intereses extranjeros debe analizarse en el contexto de su aspiración a ser bien visto, y por tanto recibir el apoyo, en el escenario internacional. Feijóo cree que para gobernar en un país debe ser aceptado por las élites globales.
Para ello Feijóo ha posicionado al PP como un partido que ha asumido los postulados de la izquierda globalista. Una estrategia que no se basa en ganar el favor de los votantes nacionales – sabe que los tiene fidelizados-, sino también en asegurar el apoyo de los poderes fácticos internacionales, que han dejado claro que no tolerarán un gobierno que incluya a Vox.
La tensión PP-Vox y la imposibilidad de una coalición
Una de las principales preguntas que surge al analizar la dinámica entre el PP y Vox es: ¿por qué Feijóo ha sido tan reacio a formalizar una alianza con Vox, a pesar de que, numéricamente, un pacto entre ambos partidos podría desbancar al actual gobierno socialista-comunista? La respuesta parece radicar tanto en las diferencias ideológicas actuales entre las dos formaciones – globalismo del PP versus soberanía identitaria de Vox- como, sobre todo, a las presiones externas que buscan evitar la proliferación de gobiernos de extrema derecha en Europa.
Ideologías en conflicto: Globalismo vs. Soberanismo
En efecto, el PP, bajo la dirección de Feijóo, ha adoptado un enfoque globalista en cuestiones como el aborto, la eutanasia, la inmigración, o la política exterior. Con Feijóo, el PP ha dejado atrás muchas de las políticas que defendía en el pasado, y por tanto, traicionando a su electorado de base.
Por su parte, Vox se ha posicionado como un partido que rechaza la influencia del globalismo en la política española. Santiago Abascal, líder de Vox, ha criticado duramente a las élites internacionales, a las que acusa de promover una «agenda globalista» que va en contra de los intereses de la soberanía nacional. En este sentido, Vox se ha alineado con movimientos similares en otros países europeos que también se oponen a la integración supranacional y a la inmigración masiva.
La incompatibilidad entre estas dos posturas hace que cualquier posible coalición entre el PP y Vox sea extremadamente difícil, si no imposible. Esto ha llevado a una creciente tensión entre ambas formaciones, a pesar de que comparten un electorado de derechas que, en muchos casos, reclama una alianza para desbancar al gobierno socialista-comunista de Pedro Sánchez.
Presiones desde Europa: El veto a las coaliciones con partidos nacionales identitarios
En varios países europeos, las élites globalistas políticas han establecido un veto tácito a las coaliciones que incluyan a partidos nacionales soberanistas, a los que han etiquetado como de «extrema derecha». Así, en países como Alemania y Francia, los partidos tradicionales globalista han evitado formar alianzas con formaciones como Alternativa por Alemania (AfD) y el Frente Nacional. En España, parece que una lógica similar se está aplicando con Vox.
El Club Bilderberg, así como otras organizaciones supranacionales, han expresado su preocupación por el auge de los partidos soberanistas en Europa y han presionado para que los partidos como el PP, no formen coaliciones con estos movimientos. Feijóo, consciente de la importancia de mantener el apoyo de estos actores internacionales, parece haber adoptado una postura firme en contra de una alianza con Vox, incluso si esto pone en riesgo su capacidad para formar gobierno.
El nacimiento de un nuevo partido de derecha: ¿Una jugada estratégica de Feijóo?
Una de las tácticas más sorprendentes que Feijóo podría estar desplegando en su intento por desactivar a Vox es la promoción de un nuevo partido de derecha. Este movimiento, que recuerda a la estrategia de Pedro Sánchez para neutralizar a Podemos mediante la creación de Sumar impulsando a Yolanda Díaz, estaría diseñado para fragmentar el voto de la derecha, debilitar a Vox como fuerza política, beneficiando el voto electoral hacia el PP.
Iván Espinosa de los Monteros y Alvise Pérez: Las nuevas caras de la derecha
Entre las figuras que podrían liderar este nuevo partido de derecha se encuentran Iván Espinosa de los Monteros, exdiputado de Vox, y Alvise Pérez, un analista político y experto en redes sociales conocido por el destape de casos de corrupción.
Aunque Espinosa de los Monteros ha sido una figura clave en Vox durante muchos años, su reciente distanciamiento del partido – incluido el cese de su esposa Rocía Monasterio- ha alimentado los rumores de que podría estar buscando formar una nueva formación política que compita directamente con Vox por el voto de la derecha.
Alvise Pérez, por su parte, ha sido un crítico feroz tanto del PP como de Vox, acusando a ambos partidos de traicionar los intereses del electorado conservador. Sin embargo, su capacidad para movilizar a un segmento joven y descontento de la derecha le convierte en una figura clave en cualquier intento por fragmentar el voto de Vox. La creación de un partido que integre a estas figuras podría debilitar a Vox al atraer a los votantes más desencantados, lo que beneficiaría indirectamente al PP.
Fragmentación de la derecha: Una estrategia para neutralizar a Vox
El objetivo de esta estrategia sería claro: dividir el voto de la derecha para debilitar a Vox y fortalecer al PP. Al crear una nueva formación política que atraiga a los votantes más a la derecha, Feijóo podría neutralizar la amenaza que representa Vox sin tener que formar una coalición con ellos. Esta táctica recuerda claramente a la utilizada por Pedro Sánchez, quien ha logrado neutralizar a Podemos mediante la creación de Sumar, una plataforma comunista pero de discurso aparentemente más moderado que no amenaza la hegemonía del PSOE en la izquierda.
Si esta estrategia tiene éxito, Feijóo podría presentarse como un líder capaz de unificar a la derecha bajo su liderazgo sin tener que recurrir a pactos con partidos considerados inaceptables por las élites globalistas. Esta jugada, sin embargo, no está exenta de riesgos, ya que la fragmentación de la derecha podría, en última instancia, beneficiar a los partidos de izquierda al debilitar el bloque conservador en su conjunto.
El paralelismo con la izquierda: Cómo Sánchez desactivó a Podemos y creó Sumar
La estrategia de Feijóo para desactivar a Vox tiene un claro precedente en la maniobra de Pedro Sánchez para neutralizar a Podemos, un partido que había surgido como una amenaza significativa para el PSOE en la izquierda.
Al integrar a Podemos en su gobierno de coalición y luego promover la creación de Sumar, Sánchez ha logrado fragmentar la izquierda de manera que le permite mantener el control sin tener que lidiar con un partido radical que podría desestabilizar su gobierno.
Podemos y la absorción en el gobierno
Cuando Podemos surgió en 2014, fue visto como una amenaza existencial para el PSOE, al atraer a los votantes jóvenes y descontentos que habían quedado desencantados con la política tradicional. Sin embargo, Pedro Sánchez, en lugar de enfrentarse directamente a Podemos, decidió integrarlo en su gobierno de coalición en 2019, lo que permitió neutralizar su amenaza al hacer que el partido formara parte del sistema.
Al incluir a Podemos en su gobierno, Sánchez logró diluir algo la radicalidad del partido y lo convirtió en un actor más institucional, lo que facilitó el control del espacio político de la izquierda. Esta estrategia fue un éxito en la medida en que evitó que Podemos se convirtiera en una fuerza de oposición seria y permitió a Sánchez consolidar su liderazgo.
La creación de Sumar: Fragmentación y control de la izquierda
Tras varios años de gobierno de coalición, Pedro Sánchez dio un paso más para consolidar su control sobre la izquierda promoviendo la creación de Sumar, una plataforma política más amplia que sustituyera a Podemos como la principal fuerza de apoyo al PSOE. Al crear Sumar, Sánchez logró fragmentar aún más la izquierda y garantizar que no surgiera ningún partido de extrema izquierda que pudiera poner en peligro su gobierno.
Feijóo está siguiendo la misma estrategia de Sánchez
Feijóo parece estar siguiendo una estrategia similar con la derecha. Al promover la creación de un nuevo partido que fragmentaría el voto de la derecha, el líder del PP podría neutralizar la amenaza que representa Vox, del mismo modo que Sánchez ha logrado desactivar a Podemos. Este paralelismo no es casual, ya que tanto Sánchez como Feijóo parecen estar siguiendo una estrategia globalista que busca desactivar los movimientos populistas en ambos extremos del espectro político.
El viraje de Feijóo hacia postulados más globalistas, su rechazo a pactar con Vox y su posible promoción de un nuevo partido de derecha reflejan una estrategia calculada para consolidar su poder sin caer en las manos de los partidos soberanistas como Vox.
Esta estrategia, respaldada por las élites globalistas y por presiones internacionales como las del Club Bilderberg, tiene como objetivo desactivar a Vox de la misma manera en que Pedro Sánchez ha desactivado a Podemos y creado Sumar.
Sin embargo, este movimiento no está exento de riesgos. La fragmentación de la derecha podría, en última instancia, debilitar al bloque conservador y permitir que el gobierno socialista- comunista siga en el poder. Además, la creación de un nuevo partido de derecha podría no ser suficiente para neutralizar a Vox, que sigue contando con una base sólida de apoyo entre los votantes más radicales.
A medida que el panorama político español sigue evolucionando, la pregunta clave será si Feijóo podrá mantener el equilibrio entre los intereses globalistas y las demandas de su electorado.
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