Técnica de la mafia okupa: El ‘alquiler’ de bebés y niños como escudo para impedir los desahucios

La mafia okupa en España ha encontrado un método aún más sofisticado para mantenerse en los pisos que ha ocupado ilegalmente: el uso de menores y animales para bloquear los desahucios judiciales. Una práctica que, aprovechándose de una legislación permisiva, sigue afectando a miles de propietarios.

Según informa TO, la utilización de niños y bebés “alquilados” por los okupas se ha convertido en una técnica común para paralizar procesos de desahucio en toda España. Este fenómeno de los “okupas escudo” evidencia la facilidad con que los usurpadores de viviendas pueden manipular el sistema judicial a su favor, demorando o incluso frenando los desalojos con tácticas mafiosas.

«Alquiler» de menores para detener desalojos
El método consiste en presentar a niños, ya sean propios o incluso prestados temporalmente, para frenar el desalojo. “El alquiler de bebés para evitar un desalojo es algo llamativo que nos hemos encontrado”, señala Daniel Avilés, director de Seguro Contra Okupas.

Avilés explica cómo, en situaciones de desahucio, “al haber niños de por medio, no podemos desalojar”. La sorpresa llega cuando, tras la intervención de las autoridades, se descubre que estos menores no siempre pertenecen a los ocupantes, sino que son “devueltos” posteriormente a otras personas, en una suerte de “alquiler” temporal para obstruir la justicia.

Esta estrategia es aprovechada por los okupas debido a la falta de regulación concreta sobre el uso de menores en procesos de desahucio, lo que genera una brecha en el sistema legal que permite a estos grupos mafiosos escudarse en una supuesta vulnerabilidad. Así, la ocupación de propiedades privadas se convierte en un proceso aún más frustrante para los dueños, que ven cómo sus derechos son ignorados mientras los okupas encuentran siempre una forma de dilatar el proceso.

Propietarios frustrados: La impotencia ante la mafia okupa
La realidad a la que se enfrentan los propietarios en España es cada vez más desesperante. Según  J. A., un propietario de Manresa, cuenta cómo en su bloque de pisos, ocupado por mafias en varias ocasiones, vivió un intento de desahucio en el que una mujer apareció “con dos niñas diciendo que eran sus hijas” en el momento en que la policía y los Mossos intentaban expulsar a los okupas.

“Afortunadamente no lo pudieron demostrar y lo echaron”, explica J. A., quien añade que tras años de batalla judicial aún tiene un okupa en su propiedad. “Dos años para el juicio para echar la que queda, ya tiene sentencia, pero estamos a la espera de fecha de desahucio y como tiene una menor vamos a tardar todavía”, lamenta, cuestionando la permisividad de “vaya leyes y vaya justicia que tenemos”.

Casos como el de J. A. se multiplican en todo el país. Las mafias okupa parecen estar al tanto de cada resquicio en la ley y lo explotan con la seguridad de que sus acciones no tendrán consecuencias rápidas. Los propietarios, mientras tanto, sufren el calvario de tener que esperar años hasta que los procedimientos judiciales avanzan, si es que lo hacen.

«Escudos humanos» de menores frente a los desahucios
Otro de los métodos más comunes de las mafias okupa es el uso de los menores como “escudos humanos” para evitar ser expulsados, una táctica que ha sido denunciada en reiteradas ocasiones por asociaciones de afectados.

Toni Miranda, presidente de la Organización Nacional de Afectados por la Okupación (ONAO), describe esta práctica como “una verdadera aberración”. Miranda relata que, en ciertos casos, los okupas incluso intercambian niños entre ellos para que, cuando el propietario inicia el proceso judicial, puedan presentar menores como un recurso para frenar el desalojo.

Según Miranda, los okupas utilizan a los menores de la misma manera que a los animales, “como forma de alarma y luego los abandonan cuando se van”.

Esta situación, que debería ser intolerable en cualquier estado de derecho, es posible debido a que la ley actual no contempla medidas específicas para casos en que los okupas se aprovechan de menores o animales. Como aclara Miranda, “la ley no contempla este aspecto concreto dentro del procedimiento judicial cuando se hace la consideración de vulnerabilidad”.

La falta de regulación permite que estos grupos actúen con impunidad, aprovechando que, en muchos casos, los agentes de la ley tienen órdenes de no actuar y la policía se ve con las manos atadas. Así, los okupas logran demorar los procedimientos judiciales durante años, mientras los propietarios ven cómo se ignoran sus derechos.

Reformas legales urgentes para frenar a la mafia okupa
Ante esta situación, muchos ciudadanos y propietarios claman por una reforma urgente en la ley para poner fin a los abusos de las mafias okupa y garantizar el respeto a la propiedad privada.

Los derechos de los propietarios no deberían ser pisoteados por quienes, aprovechándose de vacíos legales, utilizan estrategias cada vez más retorcidas para evitar los desalojos. La impunidad que hoy permite a las mafias okupa ocupar propiedades ajenas y utilizar a menores como herramientas de manipulación legal debe terminarse.

La protección de los derechos de propiedad es fundamental para cualquier sociedad que pretenda respetar el estado de derecho. Sin una reforma adecuada que contemple el abuso de la “vulnerabilidad” por parte de las mafias okupa, los propietarios seguirán siendo rehenes de un sistema que no los defiende.

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