El PSOE no tendrá tiempo de celebrar el pacto alcanzado con el PP Europeo para nombrar a Teresa Ribera como comisaria europea tras romper su propio cordón sanitario y votar al candidato de la «xenófoba» y «extremista» Giorgia Meloni, presidenta de Italia, como tampoco al hombre de confianza del presidente húngaro, Víktor Orban.

 Los socialistas miran atentamente a la Audiencia Nacional, con la declaración a petición propia de Víctor de Aldama, el comisionista y uno de los supuestos grandes beneficiarios de la trama Koldo, y al Congreso de los Diputados, donde Podemos llevará la voz cantante si se aprueba la exoneración tributaria a energéticas y banca, dos impuestos firmados en el pacto de legislatura con Sumar.

Se espera que Víctor de Aldama tire de la manta y arremeta contra el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, pero cabe recordar que también se reunió en Rusia con Begoña Gómez mientras los españoles fueron confinados por un estado de alarma inconstitucional.

La información que maneja el expresidente del Zamora y cónsul honorario de Georgia en esa misma ciudad es clave para entender, entre otros asuntos, el caso Delcy Rodríguez, la vicepresidenta de Venezuela que aterrizó en España a pesar de tenerlo prohibido; el caso de la esposa de Pedro Sánchez; e incluso del hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez, quien estaría empadronado en el mismo municipio portugués en el que Aldama ubicó la sede de empresas.

 Asimismo, también podría afectar a Teresa Ribera, cuyo Ministerio de Transición Ecológica le permitió ser operador en el sector del combustible, una maniobra con la que ha podido evadir cerca de 180 millones de euros en el impuesto del IVA. Aldama se encuentra en prisión provisional por riesgo de fuga y destrucción de documentos.

Las alarmas suenan con fuerza en Ferraz ante este escenario. La derrota de la reforma fiscal no solo dejaría al Gobierno sin cumplir con Bruselas, sino que rompería la unidad del bloque progresista, mostrando una debilidad que abocaría a la convocatoria de elecciones.

Los ‘morados’ son los principales beneficiarios al ser los únicos que aumentan significativamente en intención de voto. No obstante, está por ver aún si los de Irene Montero e Ione Belarra cumplirán las expectativas o bien recularán en su amenaza.

«Si Aldama canta hechos y los puede probar, no solo conseguiría un beneficio penal sino que dejaría al Gobierno en una situación más que delicada», apuntan fuentes del entorno socialista. «La preocupación es palpable a tenor de la expectación generada.

Las preguntas se suceden sobre el que dirá y que podría probar», indican. Cabe señalar que los dispositivos de Aldama muestran conversaciones con Ábalos y Delcy Rodríguez, a los que se refería como «jefe» y «jefa», respectivamente.

 Cabe recordar que Aldama es un conseguidor y conoce a la perfección el sistema, especialmente a la hora de acortar penas, por lo que no se espera que tire íntegramente de la manta, sino que dé luz sobre alguno de estos hechos que salpican al PSOE. En Génova 13, por su parte, ya preparan la estrategia para sacar el cañón y poner a los socialistas a los pies de los caballos al jugarse su futuro con un preso en preventiva.

A las 10.00 horas comenzará el vía crucis para el PSOE en un jueves que amenaza con ser más negro que los avisos rojos de la AEMET.

Primero en la Audiencia Nacional, pero también la mirada se centrará en la Cámara Baja, donde se llevará a cabo la votación de las propuestas pactadas en la Comisión de Hacienda, que de momento ha tumbado el impuesto a la banca, las energéticas y también el cambio en las SOCIMIS, una exigencia de Junts y en contra de lo acordado con ERC, Bildu, BNG y Sumar.

Los ‘populares’ de Alberto Núñez Feijóo tienen claro que Aldama se paseó por La Moncloa, el Ministerio de Transportes, así como por las plantas nobles de importantes como Duro Felguera y Air Europa, del que era asesor y tenía como mandato recuperar una deuda de 200 millones que debía el Gobierno de Nicolás Maduro y Delcy Rodríguez.

Oficialmente, el PSOE ya se ha puesto la venda y responsabiliza al PP de estar detrás de una «cacería humana», mientras sostiene a Pedro Sánchez de cualquier mancha que pueda venir del caso Begoña Gómez, imputada por haber cometido supuestamente delitos de corrupción en los negocios, tráfico de influencias, intrusismo laboral y apropiación indebida.

No obstante, sobre la declaración de Aldama, la respuesta es un incómodo silencio. ¿Qué podría temer el PSOE?

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