Atacado por todos los flancos, los socialistas tratan de quitar hierro a los casos de presunta corrupción que afectan a la esposa, Begoña Gómez, y a David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como al caso Koldo y la trama de las mascarillas en lo más duro de la pandemia, mientras lleva a cabo una agresiva campaña contra jueces, medios de comunicación y oposición que recuerdan con una mayor insistencia los líos judiciales, que llegan a afectar también al fiscal general del Estado.

 Los socialistas en Ferraz muestran una profunda «preocupación» porque la estrategia de comunicación «no funciona». «Cada vez perdemos más terreno en las encuestas y hasta el propio CIS nos da la espalda», puntualizan las fuentes consultadas. «En la calle solo se habla negativamente del PSOE por estos casos», matizan.

«La pérdida del control del relato es total», admiten. «No ha servido ni la confrontación, ni la polarización, la economía ya no va como un cohete. En Madrid, la formación está a regañadientes con Óscar López por su designación a dedo, no ha tenido ni que recoger avales», destacan.

«No hay líderes autonómicos para fortalecer el relato, ni siquiera Salvador Illa se mete en este asunto», apostilla, a pesar de que Sánchez le dio el altavoz desde el Ministerio para poder realizar su campaña catalana, sin entrar al trapo de la guerra política contra Isabel Díaz Ayuso «más allá de alguna pincelada».

La pérdida de los altavoces más autorizados, como son las presidencias de las Comunidades Autónomas y el Senado, mientras que en el Congreso se evidencian grandes brechas en el Gobierno de coalición, que no ha logrado negociar los Presupuestos y ha llegado a endosar hasta 20 votaciones contrarias en un solo día a pesar de alardear de la mayoría.

En total, ha perdido 70 en todo el año, una muestra de la fragilidad parlamentaria que ostenta. No serán las únicas en las que se fallará para contentar a sus socios de investidura. El Gobierno ha puesto en marcha un real decreto para enmendar su derrota con el impuesto energético. Lo hará este próximo lunes, pero las enmiendas al mismo se repartirán entre PP, PNV y Junts.

EL ENFRENTAMIENTO CONTRA AYUSO PASA FACTURA
Pedro Sánchez ha instaurado la confrontación y el enfrentamiento contra Ayuso desde prácticamente el inicio de la primera legislatura, pero lo ha intensificado a raíz de la pérdida de gran parte del terreno autonómico tras las pasadas elecciones de 2023.

 Por este motivo se adelantaron las elecciones al 23-J y ahora, un año después de la formación del Gobierno, se resquebraja esa falsa unidad que recuerda más a la suma de ERC con la antigua CiU que a un verdadero bloque progresista, donde la izquierda de Unidas Podemos aprieta y amenaza con romper el Ejecutivo para sembrar el escenario de unas nuevas elecciones anticipadas, más cuando el PSOE ha apartado a los de Irene Montero de toda negociación.

 Tras los rejones en el Congreso, Pedro Sánchez tuvo un ‘lapsus’ al asegurar que se puede gobernar sin el legislativo. La única forma es con decretos, que deben ser convalidados por mayoría en la Cámara Baja, una forma de realizar el mandato del ejecutivo muy criticada en el pasado por los socialistas, ahora incapaces de sacar adelante una ley.

En estos últimos meses, varios decretos, algunos de ellos vergonzosos como el de RTVE aprobado con 223 muertos por la peor DANA del siglo.

La retirada de leyes por falta de apoyos ha sido también otra de las razones que incrementa la preocupación en las filas socialistas, que dan por hecho que «aguantarán» la legislatura, mientras la oposición e incluso en Podemos se espera el adelanto electoral con impaciencia, sabedores de que es ahora el escenario idóneo para combatir en las urnas a la coalición.

«De poco ha servido el récord en el número de empleados o la mejora económica cuando el CIS apunta que la corrupción escala posiciones tras los casos que han saltado a los tribunales», han reflexionado las mismas fuentes.

 Cabe señalar que los decretos tampoco tienen asegurada su convalidación, como ocurrió con la senda de estabilidad, paso preceptivo para sacar adelante los Presupuestos, como tampoco salieron adelante la abolición de la prostitución, el testamento vital y la reforma de la ley de Extranjería por el voto en contra de Junts.

El PSOE ha culpado al PP de no sacarla adelante, pero no ha realizado reproche alguno a los de Carles Puigdemont, que sellaron un acuerdo de legislatura, un pacto ahora roto por los continuos incumplimientos del Gobierno de Pedro Sánchez a la amnistía del expresidente de la Generalitat.

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