La confusión mental y la disfunción inmunitaria posvacunación se relacionan con la proteína Spike
Los investigadores de la Universidad de Yale descubrieron que las personas que se pensaba que padecían COVID prolongada podrían estar sufriendo el síndrome posvacunación
El equipo de investigación también descubrió que muchas personas que se pensaba que estaban padeciendo COVID-19 prolongado podrían estar sufriendo el síndrome posvacunación (SVP) causado por la proteína spike de las vacunas COVID-19 .
Los síntomas del SVP, similares a los del COVID prolongado , suelen incluir confusión mental, mareos y tinnitus.
El estudio
Los participantes del estudio que nunca se infectaron con el virus pero que tenían PVS tenían niveles “significativamente más altos” de proteína spike circulando en su sangre, y la proteína se detectó entre 26 y 709 días después de recibir la vacuna COVID-19.
El estudio, coescrito por un equipo de científicos dirigido por tres investigadores de la Universidad de Yale y publicado el martes en el servidor de preimpresión medRxiv, también encontró que aquellos que fueron vacunados experimentaron trastornos autoinmunes , agotamiento del sistema inmunológico y otros cambios biológicos después de la vacunación. En algunos casos, otros virus que estaban latentes en sus cuerpos, como el de Epstein-Barr , se reactivaron.
Akiko Iwasaki, Ph.D. , profesora de la Facultad de Medicina de Yale y una de las autoras principales del estudio, dijo a Yale News que la persistencia de la proteína spike «fue sorprendente». “No sabemos si el nivel de proteína de pico está causando los síntomas crónicos, porque hubo otros participantes con SVP que no tenían ninguna proteína de pico medible. Pero podría ser un mecanismo subyacente a este síndrome”.
La inmunóloga y bióloga computacional Jessica Rose, Ph.D. , dijo que no estaba sorprendida por los hallazgos del estudio.
“Dado que el material codificante de la proteína de la espícula… se introduce en el cuerpo humano a través de nanopartículas lipídicas, puede ser transportado literalmente a cualquier parte del cuerpo a través del torrente sanguíneo”, dijo Rose. “No hay forma de predecir cuáles y cuántas células pueden estar produciendo la proteína de la espícula a largo plazo”.
Christof Plothe, DO , miembro del comité directivo del Consejo Mundial de Salud , dijo que las personas que reciben las vacunas de ARNm contra el COVID-19 “se convierten esencialmente en minifábricas, instruidas por sus propios cuerpos para producir una de las proteínas más patógenas conocidas por la ciencia”: la proteína spike .
Plothe dijo: “Todavía no sabemos cuánto tiempo podría continuar esta producción. Existe una alta probabilidad de que las instrucciones genéticas se hayan integrado en el genoma humano, lo que podría hacer que los efectos de esta terapia génica sean duraderos o incluso hereditarios, y se transmitan a la siguiente generación.
Las primeras observaciones sugieren que esto podría estar sucediendo ya”. En la práctica clínica, Plothe dijo que ha visto pacientes con niveles “muy elevados” de proteína de pico “incluso años después de la última inyección”.
Las autoridades de salud pública no reconocen el PVS
La preimpresión utilizó participantes inscritos en el estudio LISTEN de Yale, un estudio a largo plazo sobre los efectos de la vacunación en la función del sistema inmunológico.
Los investigadores extrajeron sangre de 42 personas diagnosticadas con PVS y 22 personas no diagnosticadas con la enfermedad, entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023. También examinaron a 134 personas con un diagnóstico prolongado de COVID y a 134 personas vacunadas con buena salud.
El estudio también encontró que además del EVP, algunos participantes informaron puntuaciones de salud general más bajas y niveles más altos de dolor, depresión, ansiedad, fatiga y trastornos del sueño.
Muchos de estos síntomas son similares a los que comúnmente se diagnostican como COVID prolongado, pero según el estudio, en realidad podrían estar causados por la proteína Spike. “Algunas personas han informado de síntomas posvacunación similares a los de la COVID prolongada que comienzan poco después de la vacunación…
Existe una superposición considerable en los síntomas autodeclarados entre la COVID prolongada y el SVP”, afirma el artículo. Sin embargo, a diferencia de la COVID prolongada, las autoridades de salud pública no reconocen el SVP .
El estudio también encontró que los pacientes con SVP o COVID prolongado tenían más probabilidades de experimentar la reactivación de virus latentes como el de Epstein-Barr y el herpes, mientras que sus células inmunes mostraban signos de estar «agotadas».
Las personas con SVP o COVID prolongado también tenían una tasa más alta de antígenos relacionados con trastornos autoinmunes, incluido un antígeno asociado con la neuromielitis óptica , un trastorno poco común que ataca al sistema nervioso central.
Rose dijo que la COVID prolongada ha ayudado a las autoridades de salud pública y a los medios de comunicación a ocultar el alcance y la frecuencia de las lesiones causadas por la vacuna contra la COVID-19. “Creo que la COVID prolongada es una forma de encubrir el resurgimiento de una infección viral latente debido a los efectos de los productos inyectables contra la COVID-19”, dijo Rose.
Dijo que la persistencia de las proteínas spike puede explicar la aparición de eventos adversos graves en los vacunados un año o más después de su vacunación .
“La evidencia es asombrosamente contundente”
Los autores del estudio de Yale dijeron que sus hallazgos “revelan posibles diferencias inmunológicas en individuos con PVS que ameritan más investigación para comprender mejor esta condición e informar futuras investigaciones sobre enfoques diagnósticos y terapéuticos”.
Los investigadores quieren determinar ahora cuán extendido está el síndrome de PVS y quiénes corren mayor riesgo. Iwakasi dijo a The New York Times que el estudio es «un trabajo en progreso», uno que es «el primer tipo de visión de lo que puede estar sucediendo dentro de estas personas».
Thacker escribió que Iwasaki había adoptado anteriormente posiciones públicas a favor de la obligatoriedad de la vacuna contra la COVID-19. En 2021, le dijo a The Washington Post que los temores expresados por los empleados del Hospital Metodista de Houston que demandaron al hospital para detener la obligatoriedad de la vacuna eran “absurdos”. Ese mismo año, Iwasaki firmó una petición apoyando el mandato de vacunación de la administración Biden para las empresas privadas.
Rose dijo que el resultado del nuevo estudio puede marcar un cambio en el pensamiento convencional sobre los productos de ARNm por parte de investigadores como Iwasaki. “Las pruebas son increíblemente contundentes y lo han sido durante mucho tiempo”, afirmó Rose. “En este caso, sólo hay que elegir si se analizan o se generan”.
Al señalar que un número cada vez mayor de países y estados de EE. UU. están considerando prohibir los productos de ARNm y que varias organizaciones científicas y médicas han pedido una moratoria sobre su uso, Plothe dijo: «La evidencia se está acumulando y apunta a una necesidad urgente de una moratoria sobre la tecnología de ARNm».
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