Desafección y crítica de los votantes de derechas con la labor del PP y Vox en la oposición

La última encuesta de Target Point para El Debate confirma lo que muchos ciudadanos ya perciben: la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez es débil, intrascendente, sumisa y complaciente.

El Partido Popular y, en menor medida, Vox no están a la altura del momento histórico que vive España. Y lo más grave es que esta crítica ya no viene solo de la izquierda o el independentismo. Son los propios votantes de la derecha quienes se muestran profundamente decepcionados.

Desaprobación hacia la labor de la oposición
La encuesta de marzo refleja un importante grado de desaprobación hacia la labor de oposición. Según los datos, un 45% de los encuestados califica la actuación de ambos partidos como «muy mala» y otro 20% la define como «intrascendente«.

Apenas un 5% la consideran «muy buena», mientras que un 6% cree que Alberto Núñez Feijóo lo hace bien y Santiago Abascal mal, y un 9% opina lo contrario.

La desaprobación es el primer paso
Estos datos deben encender todas las alarmas en el PP y en Vox. La desafección entre los votantes de derechas crece día tras día y la consecuencia directa de esta intrascendencia y falta de oposición será la abstención en las urnas. Tras la decepción, llegará el castigo electoral.

Y más tarde, la búsqueda de alternativas electorales. Y el resultado de ese castigo puede ser dramático: que Sánchez siga gobernando, apuntalado por los separatistas y los herederos políticos de ETA.

La situación es especialmente preocupante en el Partido Popular
El 43% de sus propios votantes considera que la labor de oposición es intrascendente. Ni los escándalos de corrupción que salpican al PSOE ni las constantes cesiones de Sánchez a Carles Puigdemont han servido para que el PP plante cara con firmeza y determinación.

Más bien al contrario, la sensación de blanqueamiento y complacencia con el socialismo y Sánchez se ha instalado en gran parte del electorado popular.

En palabras de la encuesta: «El 43 % de quienes votaron por Feijóo en julio de 2023 no discriminan y aseguran que la labor, tanto del PP como de Vox, está siendo intrascendente, a pesar de los escándalos de corrupción que han sacudido al Gobierno y al PSOE en esta legislatura y de las constantes concesiones de Sánchez a Carles Puigdemont«.

Además, solo un 23% de los votantes populares aprueban la labor de su partido, y solo un 12% considera que ambos – PP y Vox- lo están haciendo bien. Son datos que reflejan el descontento y el desgaste de una oposición que, lejos de ser un dique de contención contra la deriva socialista y globalista, se está convirtiendo en un actor secundario, incapaz de liderar la alternativa política que España necesita.

Los de Vox más satisfechos pero críticos
Por su parte, los votantes de Vox se muestran algo más satisfechos con la labor de su partido, aunque también hay críticas. Un 60% cree que su formación está haciendo un buen papel. Un 60% de aprobación con un PP a la deriva se considera muy escaso.

Su labor de oposición se percibe como escasa y no se entiende su apoyo «a medias al PP». De la misma forma que el PP blanquea al PSOE, Vox está haciendo lo mismo con el PP.

Hay que tener en cuenta que «En esta legislatura, los de Abascal no pueden utilizar dos de las herramientas que utilizaban la pasada legislatura: la moción de censura, porque necesitarían al menos 35 diputados (tienen 33), y el recurso de inconstitucionalidad, que deben presentar al menos 50″, señala el informe.

La oposición está perdiendo la batalla antes de luchar
La conclusión es clara: la oposición está perdiendo la batalla antes de luchar. La inacción, el miedo al qué dirán y la búsqueda de la centralidad política están desmovilizando a los votantes de derechas. Y ese es el mayor regalo que pueden hacerle a Pedro Sánchez.

Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez tiene a su servicio el BOE, las instituciones y el altavoz mediático, la verdadera fuerza de la oposición reside en la calle y en las redes sociales. Sin embargo, tanto el Partido Popular como Vox han renunciado a esa batalla.

Han abandonado la movilización social y hacen un uso mínimo y poco efectivo de las redes, donde deberían combatir la propaganda gubernamental y defender sin complejos los valores de millones de españoles. En estas condiciones, no hay oposición real, solo un paripé institucional que deja vía libre a Sánchez y a sus socios para seguir imponiendo su agenda destructiva.

Si no reaccionan a tiempo, si no plantan cara con valentía y sin complejos, el precio lo pagará España. Y lo pagará con otro mandato socialista que seguirá destruyendo la unidad nacional, los valores tradicionales y la soberanía de nuestra patria.

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