Opinion JOSÉ JUAN CANO VERA 29 de marzo de 2025

LA TROPA ANTIMILITARISTA

La demagogia de Yolanda, los aplausos circenses de María Jesús Montero, los chantajes del delincuente Puigdemont, la corbata burguesa de Otegi, los errores de Mazón, la lírica de Ayuso, la tibieza  de Feijóo y los sermones de Ferreras líder del periodismo enriquecido

LA TROPA ANTIMILITARISTA

La misma que perdió la guerra civil y la república sin ejército, la extrema izquierda que hoy se llama PODEMOS, SUMAR, SEPARATISTAS, PARTE DEL SANCHISMO Y UNA MINORIA DE IDEALISTAS −NO CONFUNDIR CON ANTISISTEMAS, GENTE DECENTE QUE AMA LA PAZ MAS LOS DESINFORMADOS− es la tropa que sin embargo aman y apoyan dictaduras de todo tipo, desde a Maduro a Corea del  Norte, Moscú, Irán, Arabia Saudita, Marruecos, Sudán y hasta la tiranocracia que reina en Estados Unidos que financia todo, destruye y construye y roba a los perdedores  con  tierras raras y almas de políticos mafiosos, corrompidos, que tienen abiertos doce frentes de guerras, frías y calientes.

Viene de lejos, de muchos  siglos de guerras hasta la Reconquista fueron guerras civiles, entre reinos cristianos y contra los musulmanes invasores. No paramos de matarnos y matar, salvo en los reinados de FERNANDO VI Y CARLOS III, ya en el siglo diecinueve las atroces guerras carlistas, en el norte marroquí con el desastre de ANUAL y la matanza del 36. Estamos entrenados.

Decía el almirante alemán CANARIS jefe de los espías alemanes, fusilado  por HITLER, que nuestra infantería era la mejor del mundo, cuando presenciaba la BATALLA DEL EBRO, donde se  combatían dos ejércitos, uno bien preparado y el otro improvisado, eso sí con mucha testiculina y adoctrinado por los asesores de STALIN, y armado a precio de oro, politizados por los llamados comisarios y generales indocumentados, civiles, una ruina final.

Los que hemos vivido muchos años, décadas, fuera de este país, hemos aprendido a respetar a nuestras fuerzas armadas en territorios ocupados, profesionales, preparados, mal pagados y luchando por la paz, los derechos humanos y las libertades,  pero en  España −salvo Grecia similar− parece que el Gobierno, como un cóctel molotov, no quiere armarlo mejor, una fuerzas armadas defensivas.

Por lo que leemos, observamos y oímos esa tropa política exige un ejército anticuado y vulnerable, y finalmente derrotado. Unas fuerzas armadas modernas, no lo consienten, pero sí que las policías vascas, catalanas, y navarras, que suman 50.000 estén armadas hasta los dientes. Y hasta piden la disolución de la GUARDIA CIVIL a medio plazo, lo mejor de lo mejor de la Unión Europea, y la UCO brillante.

Hemos entrado en un disparadero pero tenemos la esperanza de que el  pueblo español sepa responder en las urnas, el que suscribe tiene una, la experiencia de 89 años, y recordaré siempre cuando en el cuartel de paracaidistas de Jabalí Nuevo me hicieron el honor de ofrecerme una metopa y el cariño de otra tropa, mejor, la  de una democracia en peligro, entonces los diputados no nos llamábamos chulos, cobardes, machistas o zorras, éramos más cultos y más románticos, hasta sentimentales, aquel día votamos todos, abrazados, civiles y militares.

“Lo que la Vida nos trae”

Fue un gran día, el parlamento regional murciano le entregó a la Brigada Paracaidista una bandera, la de una nación que en estos días ha entrado en  una crisis en la que bombardean con aranceles de hambre, rencor, locura y metralla que mata vidas inocentes, y llevamos ya un lustro cargando la mochila maniquea de soportar los embustes-Danas sanchistas, la locura de Trump, la demagogia de Yolanda, los aplausos circenses de María Jesús Montero, los chantajes del delincuente Puigdemont, la corbata burguesa de Otegi, los errores de Mazón, la lírica de Ayuso, la tibieza  de Feijóo y los sermones de Ferreras líder del periodismo enriquecido de la mano de Wyoming perdiendo aceite y esas cadenas de tv con sus tertulias matinales y vespertinas que dan vergüenza, y huelen mal perfume del feminismo cutre y gritón.

Me hago mayor y mi sensibilidad  ha entrado en ese mundo del  cambio escénico y vivir entre dunas o a la orilla de un arroyo con su música relajante, y en sus aguas límpidas escribir una novela sicológica entre ensayo y hechos reales, tengo solo el título, ALMAS DE MUJER, y entrar en esa guerra de misóginos y feministas, androfobias y políticas.

Si tengo compañía para volar sin adherencias doctrinales. Lejos de las riadas  televisivas politizadas,  mañanas, tardes y noches, y cine de violencia que pueden cargar la mente de los niños, y sucesos macabros, mucha porquería, la regalan  intencionadamente, y los partidos se pliegan con miedo.

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