El PSOE prostituye el concepto de familia: dará ventajas de las familias numerosas a las monoparentales

El Partido Socialista continúa su labor de deconstrucción del orden natural y social con una nueva maniobra ideológica que atenta directamente contra la institución básica de toda sociedad sana: la familia. En su último plan, el Gobierno de Pedro Sánchez propone extender los beneficios fiscales y sociales, antes exclusivos para las familias numerosas, a familias monoparentales con un solo hijo. Es decir, diluir el reconocimiento, la ayuda y el respeto merecido a quienes más han contribuido con su esfuerzo y descendencia a sostener la nación.

El resultado es una operación de ingeniería social que banaliza la familia hasta dejarla sin contenido. Si todo es familia —una madre con un hijo, una pareja homosexual sin hijos, un hogar temporal, o cualquier estructura artificial definida por el relato ideológico del momento— entonces nada lo es. Esta es la estrategia del socialismo: destruir los significados para imponer sus dogmas sin resistencia.

La izquierda borra el concepto de familia y castiga a las numerosas
Durante años, las familias numerosas han sido víctimas del desprecio sistemático por parte del PSOE y del PP. Ahora, con Sánchez, este desprecio se ha materializado en la reducción de ayudas, en el replanteamiento legal del concepto de familia y ahora, en la traslación de incentivos a estructuras que ni de lejos representan el mismo grado de responsabilidad, carga y contribución social.

Mientras estas familias luchan para sacar adelante tres, cuatro o más hijos, el Gobierno premia a quienes deciden criar un solo hijo, y lo hace bajo una narrativa emocionalista, no basada en datos ni en justicia social, sino en la imposición de una ideología.

El propio PSOE lo admite en su documento: «El modelo económico y de apoyo a las familias se ha basado tradicionalmente en la suposición de que los hogares se sustentan sobre la base de dos personas adultas con dos salarios o bien dos personas adultas en las que una es la generadora principal de los ingresos económicos y la otra aquella en la que recaen prácticamente en solitario las tareas de cuidado que requiera la unidad familiar«.

A partir de esta visión sesgada, proponen una de las medidas más injustas de los últimos años:

“Impulsar medidas de apoyo a las familias monoparentales, incluyendo a aquellas que cuentan con un solo descendiente”.

Madre sola: el nuevo tótem socialista
No es casualidad que toda la propuesta se construya alrededor de una figura repetida una y otra vez: la madre sola. En el universo ideológico del socialismo, esta figura se convierte en el nuevo símbolo de la lucha “feminista”, la víctima ideal del “patriarcado”, y por tanto la única merecedora de privilegios.

«En la actualidad, las madres que afrontan solas la crianza todavía luchan contra los estereotipos y las ideas preconcebidas sobre la maternidad en solitario y su encaje social, pero también luchan contra un sistema que hasta ahora no les ha dado suficiente reconocimiento mediante políticas públicas que visibilicen y recojan la especial protección que merecen».

Se ignoran a los padres solos, a las familias tradicionales numerosas, y a cualquier realidad que no encaje en el marco ideológico progresista. Todo debe reducirse al relato. A la emoción. A la victimización.

Una injusticia aritmética y moral
La lógica del socialismo es siempre la misma: repartir entre todos lo que no es de todos. Las ayudas diseñadas para familias numerosas —porque son las que más aportan, más cuidan y más sacrificios hacen— ahora serán distribuidas entre quienes no las necesitan del mismo modo, ni las merecen en función del esfuerzo y la realidad social.

Y lo hacen ignorando lo más evidente: los costes y las necesidades se multiplican con cada hijo. Pero eso no importa en el mundo de las emociones y del relativismo moral.

«Este tipo de familias, mayoritariamente encabezadas por mujeres, suele sufrir especiales dificultades para garantizar el desarrollo personal y profesional de la persona adulta, para abordar las necesidades de conciliación y para asegurar la subsistencia económica de un hogar en el que existe una única fuente de ingresos».

Pero se ignora lo más básico: que los costes se multiplican con cada hijo. No importa. Porque en el mundo de la izquierda, el mérito no se premia. Se penaliza. La izquierda no quiere premiar el mérito ni el sacrificio ni las funciones sociales que desempeñan. Quiere nivelar desde abajo, hacer que todos dependan del Estado. Y para eso necesita destruir la familia, porque es el último bastión de libertad e independencia frente al poder estatal.

El plan socialista: desviar ayudas, destruir símbolos
Para rematar su maniobra ideológica, el PSOE de Pedro Sánchez plantea lo siguiente:

«Durante los últimos años, administraciones de ámbito local y autonómico han incorporado bonificaciones y recursos específicos para las familias monoparentales, de la misma manera que se viene haciendo tradicionalmente para las familias numerosas».
Y añade:

«En coordinación con las comunidades autónomas, […] continuar impulsando medidas de apoyo a las familias monoparentales, incluyendo a aquellas que cuentan con un solo descendiente […] facilitar la conciliación de la vida personal, laboral y familiar de estas familias y mujeres, a través de servicios públicos como escuelas infantiles, ludotecas, programas de ocio y tiempo libre […]».

Lo que se pretende no es ayudar a quien más lo necesita. Lo que se busca es borrar a quien más molesta: a la familia natural, tradicional, numerosa, fuerte y patriótica. Porque esa familia, base de la civilización cristiana, no se arrodilla ante el Estado, ni ante sus doctrinas.

Las familias numerosas alzan la voz

La presidenta de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid, María Menéndez, ha sido contundente al denunciar este atropello:  «Las familias numerosas salimos muy mal paradas en el Proyecto de Ley de Familias, primer proyecto original de Pablo Iglesias como ministro de Derechos Sociales y luego sus sucesores en el cargo, Ione Belarra y el actual Pablo Bustinduy.

Tan mal paradas que quieren eliminar nuestro nombre, esencia y concepto. En este proyecto de ley nos llamaríamos “Familias con mayores necesidades de apoyo a la crianza” y las condiciones para las ayudas deberán ser condiciones de renta, no de número de hijos.

Así podrán incluir en este grupo social a cualquier modelo de convivencia familiar, pues definen la familia como la derivada del matrimonio o de la convivencia estable en pareja, o de la filiación y las familias formadas por un progenitor solo con sus descendientes».

Y advierte sobre el trasfondo del plan: «En el punto 10 del artículo 37 del PL de Familias dice:
“El título previsto en el presente artículo (el título de familia monoparental) es compatible con el título de familia numerosa y supuestos equiparados”.

Además, en el artículo 36 del mismo PL, dice que las familias monoparentales podrán ser de categoría especial, -como las numerosas-, aunque solo tengan 1 hijo, con condiciones de renta, o discapacidad del hijo o del progenitor.

¿Por qué se difunde esta noticia ahora? La fecha en la que se inicia la tramitación de este PL de Familias, con la presentación de enmiendas al articulado y a la totalidad, es del 18 de marzo de 2024.
44 retrasos para finalizar el periodo de enmiendas y poder debatir el proyecto en el Parlamento».

Y concluye con una denuncia clara: «Este anuncio de ampliar beneficios y ayudas a las familias monoparentales, que como hemos visto ya estaba planeado en este PL, podría ser una nueva cortina de humo. Una manera de tapar la vergüenza de proponer un proyecto de ley que no tiene la mayoría necesaria para sacarlo adelante. Y que lleva más de 1 año paralizando cualquier otro proyecto o proposición de ley que quiera legislar sobre familia.

Así es este gobierno de Sánchez. Un gobierno peligroso para las instituciones democráticas cubiertas de telarañas, por dejación y por legislar al margen de la ley. Y muy peligroso por deshacer la familia y deconstruirla, dejándola al final de una calle sin salida«.

La familia no se negocia, no se deconstruye
lo decimos alto y claro: la familia no se redefine al gusto del gobierno de turno. Una madre sola con un hijo merece respeto y apoyo, sí, pero no a costa de equiparar su situación con la de un matrimonio que educa a cinco hijos.

No es ideología. Es sentido común. Es justicia. Es supervivencia nacional.

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