Corrupción y división entre los masones españoles

El ministro Torres impulsa la masonería socialista en España
La masonería ha vuelto a escena con fuerza en España. El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el filomasón Ángel Víctor Torres, ha protagonizado la inauguración del Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, reafirmando su apoyo a una institución secreta y contraria a la religión católica.

En su intervención, proclamó que “la masonería defiende la igualdad, la democracia y la educación laica”, evidenciando su apuesta por una ideología radicalmente laicista y anticristiana.

Este respaldo público llega en pleno escándalo político, mientras la Unidad Central Operativa (UCO) investiga los contratos millonarios de la etapa de Torres como presidente de Canarias, dentro del caso Koldo.

El Templo Masónico de Tenerife no es una simple obra cultural. Su reapertura representa un gesto político calculado, destinado a blanquear la imagen de la masonería socialista en España bajo el paraguas de la “memoria democrática”.

Guerra interna en la Gran Logia de España: división y censura
Mientras Torres glorificaba el templo, la Gran Logia de España (GLE) atraviesa una de sus mayores crisis. La organización vive, un profundo malestar interno por la gestión del actual Gran Maestro, Txema Oleaga, senador socialista por Vizcaya y hombre de confianza del PSOE.

Fuentes internas de la GLE aseguran que “existe un gran malestar por la injerencia política y por la pertenencia de Oleaga al Partido Socialista”. Varios miembros denuncian que se les ha prohibido hablar con la prensa sobre el clima de división interna y las sospechas más que fundadas de corrupción.

“Nos prohíben hablar con la prensa y las logias están divididas”, reconocen miembros de la GLE. Las tensiones derivan de dos motivos principalmente: la intromisión socialista en la dirección masónica y los casos de corrupción vinculados al PSOE, como el caso Koldo, que amenaza con salpicar a figuras socialistas y masonas cercanas a Torres.

Txema Oleaga, elegido en 2022, tiene una larga trayectoria política: fue concejal en Bilbao, presidente de Metro Bilbao y dirigente socialista en Vizcaya. Su presencia al frente de la GLE ha generado una fractura ideológica en una institución que tradicionalmente afirmaba, al menos teóricamente, mantenerse ajena a la política.

El caso Koldo sacude la masonería socialista
Las investigaciones judiciales han encendido todas las alarmas. La Fiscalía Europea y la UDEF rastrean adjudicaciones millonarias de material sanitario aprobadas durante la presidencia de Torres.

Tras la publicación de estas informaciones, se produjo un terremoto en las logias canarias y en la GLE, donde varios miembros masones fueron señalados o incluso investigados en el caso mascarillas.

La estrecha afinidad del ministro Torres con las logias masónicas canarias ha levantado sospechas de favorecimiento político y económico. Aunque no se ha confirmado oficialmente su afiliación -obviamente al ser una sociedad secreta no lo pueden admitir oficialmente-, las fuentes consultadas insisten en su más que estrecha cercanía y colaboración permanente con las logias.

El reglamento interno de la GLE establece que, cuando un miembro resulta condenado por corrupción, la logia debe abrir un expediente disciplinario que puede acabar en expulsión. Sin embargo, esa norma se aplica con discrecionalidad cuando los implicados pertenecen al entorno socialista.

La masonería socialista en España hoy actúa como una red de poder político y económico vinculada a la izquierda, con ramificaciones en la administración, las empresas públicas y las fundaciones.

La alianza entre poder socialista y masonería: amenaza a los valores cristianos
La masonería en España representa una amenaza directa a los fundamentos morales y espirituales del país. Su agenda laicista, agnóstica y relativista quiere borrar toda huella del cristianismo y sustituirla por un credo globalista que disuelve la esencia católica y la identidad nacional.

Los mismos que censuran crucifijos en las aulas y persiguen la libertad religiosa promueven templos masónicos con dinero público. Es el reflejo de una hipocresía moral y política que degrada la sociedad y socava la soberanía del pueblo.

La masonería en España se ha quitado la careta y convertido otra vez en una herramienta de poder político y manipulación ideológica, al igual que en la II República. Esta secta favorece a los mismos de siempre: una élite socialista, laicista y globalista, que desprecia la tradición española, ataca a la religión católica mientras predica una supuesta tolerancia.

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