Un marroquí de 48 años fue detenido este pasado miércoles por la Policía Nacional como presunto autor de la violación de una niña de 11 años en el momento de los hechos. Según denunció la menor, acompañada de sus padres, los la agresión se produjo en el verano de 2022 cuando se encontraba en el domicilio de su abuela y esta había salido a pasear los perros. Dentro de la casa se quedó la niña y la bisabuela, de 99 años, que estaba en la cama.

Al parecer, según la denuncia, el hombre, M. Z., aprovechó estas circunstancia para colarse en la casa, una vivienda unifamiliar de Valdefierro, y agredir sexualmente a la niña. Después, la menor no dijo nada ni su abuela ni a sus padres. Asegura que se quedó bloqueada y no supo cómo reaccionar y que se quedó en la casa a pasar la noche, como estaba previsto que hiciera.

La chica, a punto de cumplir ahora 13 años, declaró ante la Policía que al día siguiente, aproximadamente a la misma hora, entre las 17.00 y las 18.00 y mientras la abuela paseaba de nuevo a los perros, volvió a oír ruidos en la vivienda y, al asomarse y ver al vecino otra vez dentro de la casa y dirigirse a ella con la intención de darle un beso, reaccionó y cogió un palo con la intención de defenderse y el intruso salió corriendo.

 Tras lo ocurrido y en sucesivas ocasiones, según manifestó a los agentes, se sintió observada y vigilada por este hombre, aunque admitió que nunca ha llegado a hacerle o decirle nada más. De todo esto dio cuenta a un exnovio y a una examiga de 13 años. A su hermana le dijo que el hombre había entrado sin permiso en la vivienda y que le había tocado mientras iba en bikini, pero nada más.

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No fue hasta el 1 de enero, sobre la 1.00, cuando salía de la casa de su abuela en compañía de sus padres tras haber celebrado la Nochevieja, cuando vio al vecino en un coche y le dijo a su hermana que él era la persona que la había agredido. Esto derivó en que sus padres se enteraran y llamaran a la Policía.

El detenido fue puesto este jueves a disposición judicial y negó la acusación. Admitió que conocía a la abuela, con la que se lleva bien, y también a la niña, pero solo de vista. Su abogado, Alberto Peiró, solicitó su libertad, que le fue concedida con la prohibición de acercarse a la menor mientras se tramita la causa judicial.

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