El vestido de Cristina Pedroche (o su ausencia) se convirtió, como viene siendo habitual en los últimos años, en uno de los temas estrellas de la última Nochevieja.

Pedroche coronó su actuación en la Puerta del Sol haciendo un indisimulado guiño a los colectivos feministas y a favor de la solidaridad con los refugiados. Un alegato público que ha sido muy aplaudido por todos los lobbys que promueven la ideología woke y los postulados de la Agenda 2030 en nuestro país.

Sin embargo, hay algo que subyace mucho más allá de su mensaje, y que muy pocos, o nadie, se ha atrevido a denunciar: la presentadora madrileña cobró el doble (60.000 euros) que su compañero de reparto, Alberto Chicote (con un caché que rondará los 30.000) por hacer exactamente el mismo trabajo.

¿No estamos ante un caso público y flagrante de discriminación salarial? ¿Se manifestarán las feministas para protestar?

El mito de la brecha salarial
La brecha salarial suele ser uno de los temas más recurrentes en los debates políticos, en las redes sociales y uno de los ejes vertebradores de cualquier discurso feminista. Lo cierto es que, en España, la brecha salarial (o la diferencia entre lo que cobran los hombres y las mujeres) es más un mito que una realidad.

Lo que ocurre es que muchas veces se toman los datos en su conjunto sin explicarse. Igual que hacernos trampas al solitario.

Por ejemplo, en el caso de los contratos temporales, las mujeres cobran 11,92 euros por hora, mientras que los hombres cobran 12,02 euros.

En el caso de los contratos fijos, los hombres cobran 16,77 euros por hora y las mujeres 14,17 euros. ¿Por qué ocurre esto? Sobre todo por las diferentes profesiones. Estos datos no se refieren a hombres y mujeres con igual titulación y mismo puesto de trabajo.

Así, las estadísticas tan solo hacen una media de los contratos fijos en los que se incluyen todos los hombres que trabajan como indefinidos, tanto en la construcción como directivos bancarios. Igual sucede con ellas, donde se establece una media de todas las mujeres que trabajan como indefinidas, independientemente de su labor.

Un 55% de las mujeres con contrato indefinido trabajan en hostelería, como dependientas o realizando tareas más elementales, como mantenimiento. Frente al 28% de los varones. Por otro lado, el 21% de ellos han trabajado como profesionales cualificados en industria, mientras que solo el 2% de las mujeres ejerce. Es decir, no se mide mismo trabajo, misma cualificación. Sino lo que se mide son las medias globales.

Como es tan lógico como evidente, una mujer que trabaje como directiva bancaria cobrará más que un hombre que trabaje como obrero en la construcción. Lo que ocurre, es que hay más mujeres realizando trabajos con sueldos generalmente más bajos y más hombres con empleos mejor remunerados.

La brecha salarial sería, en todo caso, que una mujer cobrase menos que un hombre realizando el mismo trabajo las mismas horas. Eso sí, sería del todo denunciable. Pero en España, no ocurre

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El mundo del espectáculo
En el mundo del espectáculo sí existe la brecha salarial. Unas veces perjudica a las mujeres y otras veces perjudica a los hombres. Por ejemplo, el pasado 31 de diciembre, Cristina Pedroche, según el 'Diario Gol', se embolsó 60.000 euros por dar las campanadas frente a los 30.000 que habría ingresado su compañero y pareja de reparto, Alberto Chicote.

Por hacer exactamente el mismo trabajo: presentar la Nochevieja desde la Puerta del Sol. ¿Alguien se imagina que habría pasado si hubiera sido al revés? ¿Un hombre que cobra el doble que la chica?

En el mundo de la moda, las llamadas 'tops', las supermodelos que protagonizan las campañas y desfiles más importantes del mundo, ingresan mucho más dinero que sus colegas varones. En el año 2015, las 10 mejores modelos del mundo, entre las que se encuentran Gisele Bündchen, Adriana Lima, Karlie Kloss, Miranda Kerr, Alessandra Ambrosio o Candice Swanepoel facturaron entre todas 87 millones de dólares.

En el caso de los 10 modelos masculinos mejor pagados del mundo, como Sean O'Pry, Simon Nessman, Jon Kortajarena, Rob Evans o Brad Alphonso, ganaron 8 millones de dólares entre todos. Es decir, las diez mejores modelos del mundo ganaron 79 millones de dólares más que los diez maniquís masculinos mejor pagados.

En el caso de los actores, ocurre algo similar, pero a la inversa: ellos ganan más que ellas. Los diez mejores salarios de los actores sumaron en el 2016 488,5 millones de dólares, frente a los 172,5 millones que acumularon las mujeres.

La brecha salarial en el mundo del espectáculo sí que existe y a veces beneficia a los hombres y otras a las mujeres.

Y por surrealista que les parezca a algunos (y algunas) no se trata de una conspiración judeo masónica premeditada por una cuestión de discriminación sexista o patriarcal: como en tantos otros órdenes de la vida, los precios y los sueldos, los acaba fijando el mercado. Bienvenidos al mundo real.

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