Seguro que conoces o eres alguien que lee el horóscopo en alguna web o revista para conocer su futuro, o sabes de alguien que ha visitado o llamado a una pitonisa para preguntarle sobre algún problema personal o has usado ChatGPT para que te explique la mejor manera para hacer alguna tarea.

Los humanos somos seres indecisos que necesitamos muchas veces el consejo de alguien “con poderes” para que nos aconseje sobre alguna duda existencial. En la antigüedad también pasaba. Hoy hablaremos del lugar más importante del Mundo Antiguo para resolver cualquier pregunta que se tuviera, hablamos del Oráculo de Delfos.

 La casa de Apolo y la Pitia
Delfos, situado cerca de la actual población griega de Kastri, es uno de los principales yacimientos arqueológicos de la región del Peloponeso. Esta antigua ciudad portuaria contaba con el que era considerado “el ombligo del Mundo” que era el Templo de Delfos. Este templo consagrado al dios Apolo era un centro de peregrinación, no solo para el mundo helénico sino para todo el mundo antiguo, ya que era visitado por miles de personas venidas de todos los rincones del mundo conocido.

 A los pies del monte Parnaso se desplegaba un conjunto de edificios hechos del mejor mármol de Grecia. Aparte del propio santuario, el recinto contaba con diferentes edificios como un templo circular o tholos consagrado a la diosa Atenea Pronaia, diferentes templos o capillas de las polis o ciudades-estado del Peloponeso donde se guardaban los exvotos y otras donaciones y ofrendas de estas ciudades y hasta un teatro.

También existía la fuente Castalia, donde la gente se purificaba con su agua. Este recinto sagrado recibía, debido a su importancia, a miles de personas. Si a esto le añadimos que la Pitia solo atendía nueve veces al año, podemos imaginarnos las colas kilométricas de gente que se hacían para visitarla.

 Finalmente, se llegaba al templo de Apolo, donde estaba la Pitia; la mujer que actuaba de transmisora del dios Apolo. Esta sacerdotisa, vestida con una túnica, una corona y un bastón de laurel: era el canal por el cual el dios se comunicaba con las personas que le hacían una pregunta.

La Pitia estaba en el adyton, una sala subterránea de la que brotaban vapores y gases que la hipnotizaban y le hacían entrar en un trance para comunicarse con Apolo para que este pudiera dar respuesta a la pregunta del peregrino. Mucho se ha hablado de como la Pitia llegaba al estado de trance. Hay diferentes hipótesis: si tomaba una infusión de laurel o cannabis, que si los vapores eran gases de metano o etileno que venían de la tierra, etc.

 Lo que sí sabemos es que la gente visitaba el oráculo para preguntarle sobre todo tipo de cuestiones, ya fuera a título personal o en grupo, como representantes de una comunidad o una polis. Ni las preguntas que hacían los visitantes ni las respuestas que daba la Pitia eran concretas. Las preguntas de la gente eran sobre todo preguntas sobre alguna duda vital que se tenía. Por su parte, el oráculo siempre daba una respuesta en forma de acertijo o una frase que, a primera vista, no tenía sentido y que debía ser interpretada por la persona.

 Las respuestas de la Pitia y el fin de Delfos
Aunque el Oráculo de Delfos funcionó durante más de mil años, nos han llegado pocas consultas y respuestas de la Pitia. Todas las que nos han llegado son de índole política o mitológica. De las profecías más famosas que tenemos destacaría dos: una real y otra mitológica.

La real proviene de las Guerras Médicas; las guerras entre las polis griegas y el imperio persa. Tras la derrota espartana en la Batalla de las Termópilas, hubo muchas polis griegas que se rindieron al rey persa Jerjes I. Los atenienses preguntaron a la Pitia sobre que debían hacer para derrotar a los persas, el oráculo dijo que debían construir un muro de madera y Temístocles, el gran general ateniense, entendió que al muro de madera que se refería era una gran flota.

Esa gran flota derrotó a la flota persa y este fue el principio del fin de los persas. La profecía mitológica más famosa del Oráculo de Delfos sería la que le hizo al rey Layo. Según la pitonisa, el rey iba a morir a manos de su hijo y que este se casaría luego con su madre. Para evitarlo, Layon abandonó a su hijo. Este hijo era Edipo. Con el tiempo, Edipo mató a su padre y se casó con su madre sin saberlo. Al saberlo, se arrancó los ojos.

 Más allá de mitos, es un hecho que el Oráculo de Delfos desempeñó un papel importantísimo a nivel político y a nivel personal en el mundo helénico por más de mil años. Por desgracia para ellos, tras la muerte de Alejando Magno en el 323 aC, el templo empezó a decaer en relevancia y, tras la orden del emperador Teodosio de cerrar y prohibir todos los centros paganos y de adivinación, el Oráculo de Delfos desapareció.

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