Alvise. Para votar sin taparse la nariz
El único programa de Alvise consiste en destapar y desinfectar las cloacas del Sistema. En suma, el Sistema en su totalidad. Y como es tarea tan titánica como indispensable, haremos bien en echarle una mano
Mi padre, desde mucho antes de morir en el año 2000, se quejaba de que en España hay que votar con la nariz tapada. Un adelantado, porque en aquellos años muy pocos olían la pestilencia de la corrupción, al menos con la claridad que hoy la olemos.
Sin embargo, tal parece que la inmensa mayoría de los españoles sufra de una grave anosmia (pérdida del olfato), vista la alegría y frivolidad con que votan a partidos ultracorruptos, como el PPSOE, sin siquiera arrugar la nariz.
Una inmensa mayoría, al modo de los hinchas futbolísticos, vota, no porque que consideren su partido como una buena opción, sino porque prefiere que lo sodomicen “los suyos”, antes que “los otros”.
Triste motivación.
Ignorancia y fanatismo elevados a la máxima expresión.
También está el ridículo grupo de los que se sienten “antisistema” votando a PodeVox, la falsa alternativa creada por el propio Sistema, para que no escapen las ovejas del redil.
El problema adicional de éstos últimos es que, encasillados en los típicos clichés que tanto gustan al Sistema, como “derechas” e “izquierdas”, son incapaces de ver la realidad.
Ortega y Gasset llamaba a esta grave patología “hemiplejia moral”, porque los afectados ven la paja en el ojo ajeno, pero no ven la viga en el propio.
Finalmente estamos los que nos negamos a colaborar con un Sistema tiránico y dictatorial mal encubierto, y nos abstenemos de votar para no ser cómplices.
Hoy, gracias a Alvise Pérez, los rebeldes podemos, parafraseando al Gran Capitán en sus famosas “cuentas”, votar sin taparnos la nariz con “cien mil ducados en guantes perfumados, para preservar a los votantes del hedor de los políticos”.
El único programa de Alvise consiste en destapar y desinfectar las cloacas del Sistema. En suma, el Sistema en su totalidad. Y como es tarea tan titánica como indispensable, haremos bien en echarle una mano, por la cuenta que nos trae.
El partido de Alvise (en realidad una agrupación de electores), con mucha puntería, se llama “Se acabó la fiesta”.
Y a fe mía que se les ha acabado.
Fiat iustitia, ruat caelum.
Hágase justicia, aunque se hunda el cielo.
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