El móvil de Víctor de Aldama se ha convertido en un elemento clave en la trama que salpica a importantes figuras políticas del Gobierno de Pedro Sánchez.

Este terminal, incautado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil durante su detención en octubre en relación con la trama de los hidrocarburos, contiene pruebas que podrían desencadenar nuevas investigaciones y posibles procesos judiciales. A lo largo de este mes, los investigadores planean revelar detalles cruciales de su contenido, según fuentes cercanas al caso.

Entre las evidencias recopiladas, destacan conversaciones y registros de encuentros que vinculan a Aldama con  Carlos Moreno, jefe de gabinete de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Estas interacciones no se limitan a cuestiones oficiales: cinco reuniones en poco más de un año entre Moreno y Koldo García, colaborador de Aldama, han levantado sospechas sobre la naturaleza de sus contactos.

Según la versión de Aldama, presentada en su declaración voluntaria del pasado 21 de noviembre, una de estas reuniones implicó la entrega de un sobre con 25.000 euros a Moreno, intermediada por García.

Este gesto estaría vinculado a la petición de un aplazamiento de una deuda fiscal que amenazaba con llevar al embargo a Pilot Real Estate, una de las empresas administradas por Aldama. La aprobación de esta medida, según el empresario, requirió la consulta previa de Moreno con la propia ministra Montero.

 Además de las cuestiones fiscales, el empresario aportó documentación que implicaría a Moreno en asuntos personales. Aldama declaró que el jefe de gabinete solicitó su ayuda para encontrar inmuebles en condiciones ventajosas, dado que buscaba adquirir una vivienda con su pareja. Estas pruebas fueron entregadas al Tribunal Supremo como parte de la colaboración que Aldama ha ofrecido tras recuperar su libertad.

Pese a estas acusaciones, la ministra María Jesús Montero ha defendido públicamente a Moreno. «Pongo la mano en el fuego por él», declaró, describiéndolo como un «magnífico servidor público» en quien tiene «absoluta confianza».

Montero ha negado categóricamente cualquier tipo de favor o contraprestación entre su colaborador y el empresario, aunque reconoció que Moreno está en contacto con numerosas personas debido a su cargo. «Su teléfono lo tiene hasta el último alcalde», afirmó.

No obstante, Montero admitió que su jefe de gabinete sostuvo cuatro reuniones con Aldama, supuestamente a instancia de José Luis Ábalos y bajo el propósito de «ayudar».

Sin embargo, las pruebas aportadas por el empresario podrían contradecir este número y arrojar luz sobre los motivos reales de dichos encuentros. Las fuentes consultadas  insisten en que las conversaciones contenidas en el móvil de Aldama tienen implicaciones políticas y que la vicepresidenta del Gobierno podría haber estado al tanto de estos movimientos.

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