Pedro Sánchez, Delcy Rodríguez y la sombra del caso Koldo: ¿una visita pactada al margen de la ley?

La polémica por la visita de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez a España, en enero de 2020, regresa con fuerza renovada. Nuevas filtraciones y testimonios, principalmente del empresario Víctor de Aldama —uno de los imputados clave en la trama Koldo—, colocan en el centro de la tormenta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Las acusaciones apuntan a una presunta implicación directa del jefe del Ejecutivo en la organización de una visita que violaba abiertamente las sanciones impuestas por la Unión Europea contra altos cargos del régimen de Nicolás Maduro.

Más allá del revuelo político, el fondo del asunto es preocupante: si el presidente del Gobierno habría autorizado, a través de un mensaje de móvil, la entrada a suelo español de una figura política sancionada, utilizando mecanismos irregulares —como una supuesta “zona Schengen” improvisada en Barajas— para sortear la legalidad.

 El "Delcygate": una herida abierta que nunca cerró
La madrugada del 20 de enero de 2020, el aeropuerto de Madrid-Barajas recibía en la pista a un avión privado con una pasajera no deseada por Bruselas: Delcy Rodríguez, número dos del chavismo. Su llegada incumplía de forma directa las sanciones comunitarias, que le prohibían el acceso al territorio Schengen por su rol en el régimen venezolano.

La versión oficial, ofrecida por el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, fue que mantuvo una breve reunión "fortuita" con Rodríguez en la zona internacional del aeropuerto, sin que esta pisara formalmente suelo español. Pero ahora, cinco años después, esa versión se tambalea.

 Impacto España Noticias destapa nuevas revelaciones
Según hemos ido publicando en Impacto España Noticias, la visita no fue improvisada ni fortuita. Todo lo contrario: se habría tratado de una operación diplomática y comercial cuidadosamente orquestada, con conocimiento y participación activa de varios ministerios. Y, lo más grave, con autorización directa del presidente Pedro Sánchez, que habría dado el visto bueno a través de un mensaje de WhatsApp, según testimonios incorporados al sumario del caso.

“Sánchez ordenó a Marlaska gestionar una zona Schengen especial para evitar que se detuviera a Delcy Rodríguez al llegar a España”, afirman fuentes vinculadas a la investigación.

Estas mismas fuentes sostienen que la idea era crear una zona de libre tránsito dentro del aeropuerto, algo no contemplado por la legislación europea, para permitir que Rodríguez se desplazara sin restricciones ni registros migratorios.

 El testimonio de Aldama: "Todo estaba coordinado desde arriba"
Víctor de Aldama, empresario imputado en la trama de contratos irregulares vinculados al Ministerio de Transportes, ha sostenido siempre que la llegada de Delcy fue organizada al más alto nivel del Gobierno. Según su versión, el plan incluía:

Agenda cerrada con varios ministros
Reuniones confidenciales en una villa de lujo en Madrid alquilada durante más de una semana.
Negociaciones sobre contratos energéticos y sanitarios entre ambos gobiernos.

“Delcy tenía todo programado. No solo iba a reunirse con Ábalos, sino con otros ministros y con el propio presidente. Yo no moví un dedo sin tener el ‘OK’ presidencial”, afirma Aldama.

El mensaje que supuestamente envió Pedro Sánchez, con la palabra “bien”, sería la autorización clave para confirmar la visita. Fue ese mensaje el que motivó a Aldama a avisar a Delcy para que emprendiera el viaje.

 Las maletas del escándalo: ¿dinero en efectivo desde Caracas?
Uno de los elementos más oscuros del caso ha vuelto a cobrar fuerza en las últimas semanas: la bajada de varias maletas del avión de Delcy Rodríguez, en plena madrugada, con absoluta discreción. Las cámaras de seguridad habrían captado este momento, aunque el contenido de las maletas nunca fue oficialmente inspeccionado.

Maletas bajadas del avión de Delcy Rodriguez

Según fuentes próximas a la investigación, se sospecha que esas maletas contenían dinero en efectivo procedente de Caracas, supuestamente destinado a financiar actividades, favores o negociaciones en España.
Impacto España Noticias recoge que la carga fue manipulada por personal sin registro aduanero ni inspección fiscal, lo que ha levantado serias sospechas entre los investigadores.

Las autoridades judiciales creen que el contenido podría estar relacionado con los presuntos sobornos y pagos en efectivo que ya se investigan en la trama Koldo, vinculados al cobro de comisiones ilegales por adjudicación de contratos públicos.

De confirmarse, se trataría no solo de una infracción administrativa, sino de un posible delito de blanqueo de capitales y financiación ilícita, con participación directa de agentes del Gobierno y la élite chavista.

 Imágenes, llamadas y más pruebas pendientes
Aldama ha solicitado que se incorporen las cintas de las cámaras de seguridad del aeropuerto, que confirmarían la bajada de las maletas, la presencia de Koldo García y la supuesta llamada de Delcy al presidente Sánchez.

Según el relato judicial, Delcy, incómoda por el retraso en su autorización de desembarco, exigió hablar con Pedro Sánchez directamente. Esta llamada —de la que existen registros en la torre de control— se habría realizado desde el avión, y tras ella, Rodríguez bajó finalmente al área restringida de Barajas.

 Motivos económicos y licencias bajo sospecha
La visita, según las filtraciones, tenía fines claramente comerciales. Entre los temas negociados:

Carta Ábalos a Delcy Rodriguez

La tramitación de la licencia de Villafuel, empresa clave en el suministro energético.
La operación de rescate de Air Europa, beneficiada con 475 millones en ayudas estatales.
Proyectos sanitarios adjudicados durante la pandemia a empresas afines a la trama.
Aldama dejó constancia en sus notas de la implicación de varios ministerios, incluidos Sanidad, Industria, Hacienda, Transición Ecológica e Interior.

 ¿Una vulneración de las sanciones de la UE?
Si las declaraciones y pruebas que aportará Aldama son ciertas, estaríamos ante un incumplimiento flagrante del régimen de sanciones de la Unión Europea, con una operación de encubrimiento a gran escala, presuntamente validada desde el Palacio de La Moncloa.

Por ahora, Pedro Sánchez no está formalmente imputado, pero la presión judicial y política aumenta. Y si las maletas bajadas del avión contenían efectivo no declarado, el escándalo pasaría del terreno diplomático al penal.

 Una crisis de legalidad y confianza institucional
El caso Delcy, lejos de quedar como un episodio incómodo del pasado, se está consolidando como uno de los mayores escándalos políticos de la democracia reciente. La combinación de opacidad, contradicciones, maletas sospechosas y testimonios incriminatorios exige una investigación firme, independiente y sin concesiones.

De confirmarse la participación directa del presidente del Gobierno en esta operación, el daño institucional sería profundo. Y si el dinero entró sin control en territorio español, estaríamos hablando de un caso de corrupción transnacional, con implicaciones que van mucho más allá de la política nacional.

Por ahora, la sombra del avión de Delcy sigue planeando sobre Pedro Sánchez, y la justicia tiene la última palabra.

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