La supervivencia de Plus Ultra Líneas Aéreas antes y después de la pandemia no puede entenderse sin analizar una compleja estructura financiera internacional en la que desempeñó un papel central el banco panameño Panacorp
Corrupción29 de diciembre de 2025
Impacto España Noticias
La supervivencia de Plus Ultra Líneas Aéreas antes y después de la pandemia no puede entenderse sin analizar una compleja estructura financiera internacional en la que desempeñó un papel central el banco panameño Panacorp Casa de Valores, una entidad controlada mayoritariamente por accionistas venezolanos vinculados al entorno empresarial de Camilo Ibrahim Issa.
Este entramado permitió a la aerolínea evitar su disolución legal años antes de la crisis sanitaria y, posteriormente, cumplir los requisitos formales que hicieron posible el rescate público de 53 millones de euros aprobado por el Gobierno español en marzo de 2021, una operación que hoy se encuentra bajo investigación judicial por presunto blanqueo de capitales de origen venezolano.
Un crédito clave para evitar la quiebra
En diciembre de 2017, cuando Plus Ultra acumulaba pérdidas que la situaban en causa legal de disolución, la aerolínea recibió un préstamo participativo de aproximadamente 6,3 millones de euros concedido por Panacorp Casa de Valores, banco de inversión con sede en Panamá.
La operación resultó decisiva. A pesar de que Plus Ultra nunca había registrado beneficios hasta años después, el crédito permitió recomponer contablemente su patrimonio neto y mantener su continuidad societaria. Este factor fue determinante para que, en 2021, la compañía pudiera optar al Fondo de Apoyo a la Solvencia gestionado por la SEPI.
Sin ese préstamo, Plus Ultra habría quedado automáticamente excluida de cualquier ayuda pública.
Panacorp, un banco con capital mayoritariamente venezolano
Panacorp Casa de Valores no era una entidad ajena al accionariado ni al entorno empresarial de Plus Ultra. Hasta al menos mediados de 2021, el banco estaba controlado mayoritariamente por accionistas venezolanos, entre ellos miembros de la familia de Camilo Ibrahim Issa, uno de los empresarios con mayor proyección internacional del país durante los años de expansión del chavismo.
Entre los principales responsables de la entidad figuraba Mohamed Ibrahim Ibrahim, sobrino directo de Camilo Ibrahim, quien ejerció como tesorero y director de Panacorp durante el periodo en el que se concedió la financiación a la aerolínea. El mismo directivo ocupaba cargos relevantes en otras sociedades del grupo empresarial de la familia Ibrahim, lo que integraba al banco panameño dentro de un ecosistema financiero común.
Panacorp actuó entre 2016 y 2021 como custodio de activos millonarios vinculados a la petrolera estatal venezolana PDVSA para clientes como el Commonwealth Bank, con sede en Dominica y vinculado al mismo Rodolfo Reyes -que a través de su mujer, Aurora López, también habría albergado vinculación con Panacorp-, y a la propia Phoenix World Trade, la sociedad panameña con ramificaciones internacionales controlada por la familia Ibrahim y eje del entramado empresarial del magnate venezolano. ESTAS INFORMACIONES SE PUBLICARON EN EXCLUSIVA EN EL AÑO 2021 POR ESTE MEDIO
La coincidencia de intereses, cargos y nacionalidad de los accionistas refuerza la tesis de que Panacorp actuó como una pieza estratégica en la arquitectura financiera que sostuvo a Plus Ultra.
Un préstamo condicionado y con escasa liquidez real
El crédito concedido por Panacorp no supuso una inyección libre de recursos. El préstamo estaba condicionado a la constitución de un depósito indisponible superior a los cuatro millones de euros en el propio banco panameño, lo que redujo de forma sustancial la liquidez efectiva recibida por la aerolínea.
Pese a ello, el préstamo cumplió su objetivo principal: mejorar la imagen patrimonial de la compañía, mantener su estatus de aerolínea comunitaria y evitar una entrada directa de capital venezolano en el accionariado, circunstancia que habría generado mayores obstáculos regulatorios.
Custodia de activos venezolanos y operaciones sensibles
Antes y después de la operación con Plus Ultra, Panacorp Casa de Valores actuó como custodio de activos financieros vinculados a la petrolera estatal venezolana PDVSA, así como de bonos y productos relacionados con el Estado venezolano.
Entre sus clientes figuraron sociedades radicadas en Panamá, Dominica y otras jurisdicciones, algunas de ellas vinculadas a empresarios que posteriormente se convirtieron en accionistas, prestamistas o intermediarios financieros de Plus Ultra.
Este historial cobra especial relevancia en el marco de la investigación judicial abierta en España, que analiza si determinadas estructuras financieras fueron utilizadas para canalizar fondos de origen presuntamente ilícito hacia Europa.
La entrada de empresarios venezolanos en Plus Ultra
La concesión del préstamo coincidió con la entrada en el accionariado de Plus Ultra de Camilo Ibrahim Issa y de su socio Rodolfo Reyes, ambos empresarios venezolanos con intereses compartidos en distintos sectores y jurisdicciones.
Ambos fueron citados en su momento por la Asamblea Nacional venezolana en el marco de investigaciones relacionadas con presuntas irregularidades en los programas de alimentación CLAP, aunque su entorno siempre ha negado cualquier vinculación con dichas tramas.
Intermediación política y facilitadores clave
La expansión de Plus Ultra en la ruta Madrid–Caracas vino acompañada de una creciente actividad de intermediación política. En este contexto aparece la figura del expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, a quien Camilo Ibrahim recurrió para restablecer contactos institucionales en Venezuela tras haber sido previamente vetado por el régimen.
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Paralelamente, Julio Martínez Martínez, persona cercana al expresidente, comenzó a realizar gestiones administrativas para la aerolínea en el entorno venezolano. Aunque nunca ocupó cargos formales en la compañía, su papel como facilitador fue reconocido por fuentes conocedoras de la operativa.
Tras el rescate público de 2021, Martínez desplegó en España un entramado de sociedades vinculadas a la intermediación aérea y mantuvo relaciones comerciales con empresas activas en Venezuela.
Movimientos financieros tras la ayuda pública
Una vez recibido el rescate, Plus Ultra intensificó sus operaciones financieras internacionales. En 2021 se registraron transferencias millonarias a entidades bancarias en Puerto Rico, desde donde parte de los fondos fueron redistribuidos a otras jurisdicciones, incluida Venezuela.
La investigación judicial analiza también operaciones de préstamos puente, cancelaciones inmediatas de deuda tras la inyección pública y movimientos de fondos a través de sociedades domiciliadas en Suiza, Luxemburgo, Dominica y Emiratos Árabes Unidos.
Oro venezolano y nuevas líneas de investigación
Entre las diligencias abiertas figura el análisis de una operación internacional de venta de oro venezolano valorada en unos 30 millones de euros, así como presuntas transferencias relacionadas con entidades financieras bajo sospecha.
Plus Ultra ha reconocido que recibió en 2019 una solicitud para transportar oro legalmente declarado, aunque asegura que la operación no llegó a ejecutarse.
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Salida del capital venezolano y cambio de control
A finales de 2023, Panacorp Casa de Valores traspasó los derechos de cobro del préstamo participativo a una sociedad española controlada por Rodolfo Reyes. Poco después, la aerolínea declaró sus primeros beneficios, aunque mantenía un fuerte desequilibrio patrimonial.
En octubre de 2025, poco antes de que se produjeran registros y detenciones en la causa por presunto blanqueo, los accionistas venezolanos abandonaron definitivamente el capital de Plus Ultra. El control pasó al empresario español Julio Martínez Sola, que actualmente busca nuevos inversores.
Un caso aún abierto
La investigación judicial sigue su curso y será la Justicia la que determine si el rescate cumplió estrictamente la legalidad o si formó parte de una operativa financiera irregular de mayor alcance.
Lo que resulta evidente es que Panacorp Casa de Valores, banco panameño controlado por accionistas venezolanos, desempeñó un papel clave en la supervivencia de Plus Ultra y en la cadena de acontecimientos que hoy están siendo analizados por los tribunales españoles.
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