La casta política controlada por las subvenciones: Así se reparten las subvenciones los partidos
El Consejo de Ministros aprueba una partida de 52,7 millones de euros para las formaciones con representación parlamentaria
Millones para los partidos: el reparto de la casta
El Consejo de Ministros ha determinado que el PP es el partido que más dinero recibe: 18.883.685,48 euros, al haber sido la fuerza más votada en los últimos comicios. Le sigue el PSOE, que recibe 14.830.982,82 euros, a los que se suman 2.750.645,73 euros que van directamente al PSC.
VOX y Sumar están muy igualados en la cuantía: 6.154.183,90 euros para el partido de Santiago Abascal y 6.036.133,56 euros para la formación de la comunista Yolanda Díaz. Mientras tanto, los partidos separatistas también se llevan su parte. Junts obtiene 933.156,13 euros, el PNV se embolsa 658.947,77 euros y además recibirá ingresos extra del alquiler del Instituto Cervantes en París.
El sistema sigue beneficiando a los mismos actores, asegurando su permanencia en el poder con dinero público. Como reza el dicho: «quien paga, manda». Los partidos, en lugar de cuestionar este mecanismo, lo perpetúan porque viven cómodamente de él.
El reparto de subvenciones aprobado por el Consejo de Ministros
Los sindicatos: otra pieza clave del sistema
Mientras los partidos políticos ven congeladas sus subvenciones por la prórroga presupuestaria, los sindicatos no corren la misma suerte. El Gobierno de Pedro Sánchez decidió duplicar la subvención a estas organizaciones hasta alcanzar una cifra récord de 32 millones de euros en diciembre pasado. En 2024, esta cantidad era de 17 millones.
No es casualidad que, poco antes de esta decisión, Pedro Sánchez participara en el 44º Congreso Confederal de UGT, el sindicato históricamente vinculado al PSOE, donde declaró: «Vosotros nos hacéis mejores«. Así se refuerza la red clientelar que asegura el apoyo sindical al Ejecutivo.
La casta que no quiere cambiar el sistema
Todos los partidos, sin excepción, forman parte de un sistema que les garantiza estabilidad económica con dinero de los contribuyentes. Las subvenciones permiten que las formaciones políticas y los sindicatos continúen su actividad sin depender de los ciudadanos, sino del Estado, que a su vez los controla.
Es una maquinaria perfecta: el sistema financia a los partidos, estos lo sostienen y los ciudadanos pagan la factura. Mientras tanto, el debate político se limita a cuestiones superfluas, pero nadie cuestiona el fondo del problema: la financiación pública que mantiene a la casta política y sindical a costa de la sociedad. Si dependes del sistema para vivir, jamás lo querrás cambiar.
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