El PSOE y su «aparato» sin título universitarios: cuando la política se convierte en oficio sin formación

En un país donde millones de jóvenes se endeudan, emigran o pasan años encadenando trabajos precarios mientras intentan conseguir un título universitario, el PSOE —uno de los partidos que ha gobernado España durante décadas— tiene en su cúpula a dirigentes que no han terminado ni una carrera.

Y no hablamos de figuras marginales. Hablamos de vicesecretarios generales, portavoces, exlendakaris y alcaldes que conducen coches oficiales, gestionan presupuestos públicos y toman decisiones de Estado sin haber pisado una aula universitaria más allá del primer año.

¿Dónde está el mérito? ¿Dónde está el ejemplo?

  La universidad, para los demás
Mientras se llenan la boca con discursos sobre el “valor de la educación”, la “España del conocimiento” o la necesidad de invertir en ciencia e innovación, una parte del núcleo duro del PSOE nunca acabó una carrera. Pero no porque no pudieran, sino porque no lo necesitaban: les bastó con afiliarse jóvenes, trepar por el aparato del partido, y asegurarse un sueldo público de por vida.

A continuación, un repaso demoledor de algunos de los nombres clave del PSOE sin titulación universitaria completa:

  Listado de dirigentes del PSOE sin carrera universitaria terminada
Elena Valenciano – Ex vicesecretaria general. Inició Derecho y Ciencias Políticas, no terminó ninguna.
José Blanco – Ex vicesecretario. Solo estudios de secundaria. Inició Derecho, lo dejó.
Patxi López – Ex lehendakari. No terminó Ingeniería Industrial, como afirman algunas biografías.
Hugo Alfonso Morán – Ex alcalde y diputado. Empezó Derecho, lo abandonó.
Marisol Pérez – Responsable de Cooperación. “Periodista no titulada”.
Carlos Pérez Anadón – Teniente de alcalde de Zaragoza. Sin estudios universitarios en su ficha.
Maite Noguera – Vocal. Se menciona activismo, no formación ni profesión.
José Zaragoza – Dirigente del PSC. Sin formación conocida públicamente.
María José Fernández – Alcaldesa. Biografía sin datos formativos.
Javier Fernández de los Ríos – Alcalde. Figura como “diplomado”, sin más detalles.
Esperanza Estévez – Diplomada en Trabajo Social (título medio).
Maite Fernández – Maestra de Primaria, sin carrera universitaria.
 
Y el presidente: una tesis plagiada, un tribunal a medida
El caso más grave está en la cúspide: Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, cuya tesis doctoral fue acusada de plagio, con partes copiadas literalmente de informes públicos sin citar.
Peor aún, uno de los miembros del tribunal que juzgó su tesis colaboró en escribir parte del contenido, una gravísima irregularidad en cualquier universidad seria del mundo. ¿Resultado?

Ese mismo miembro del tribunal ha sido recompensado con un cargo institucional, lo que muchos interpretan como una devolución de favores por haberle regalado un doctorado político al líder socialista.

 Los impuestos de los españoles no pueden pagar sueldos de inútiles
No es admisible que el dinero de los contribuyentes financie sueldos públicos de políticos sin formación, sin méritos y sin preparación para el cargo que ocupan. Mientras miles de médicos, ingenieros, científicos y profesores luchan por encontrar estabilidad, estos burócratas de partido cobran sueldos públicos de más de 80.000 euros al año sin haber pasado jamás una oposición ni acabado una carrera.

¿Para esto pagamos impuestos? ¿Para financiar una clase política mediocre que legisla sin entender lo que firma?

 Sin formación no se puede dirigir un país
Porque sin formación, sin conocimiento técnico, sin cultura política y jurídica, no se pueden escribir leyes sensatas, ni gestionar servicios públicos con rigor, ni defender los intereses generales de una nación. ¿El resultado?

‘The Economist’ se hace eco del ascenso imparable de VOX entre los jóvenes y predice un posible ‘sorpasso’ al PP

Leyes absurdas, normas improvisadas, políticas diseñadas para preservar los privilegios de los políticos, no para mejorar la vida de los ciudadanos.

Cuando quienes legislan no entienden lo que legislan, el país cae en manos de ocurrencias, eslóganes y chapuzas parlamentarias. Y eso, además de peligroso, es profundamente antidemocrático.

  El PSOE como agencia de colocación
Más que un partido, parece una agencia de colocación para cuadros mediocres. Jóvenes que entran en Juventudes Socialistas con 18 años y no vuelven a ver la realidad fuera de los pasillos del poder. Sin méritos, sin experiencia fuera del partido, sin formación especializada. Pero con una habilidad: sobrevivir en el aparato, moverse bien entre despachos y saber a quién obedecer.

No son servidores públicos, son empleados de partido. Y con ese perfil, no se gobierna un país, se administra un cortijo.

 Ni elitismo ni populismo: sentido común
Esto no va de exigir un máster para ser alcalde. Va de mínimos de preparación, de responsabilidad, de respeto a la función pública. La política no es una salida laboral, es una vocación al servicio del país. Y si alguien aspira a legislar, a gobernar, a representar, que tenga algo más que un carné del partido y una agenda de contactos.

Porque mientras tengamos políticos sin formación, con títulos dudosos o directamente falsificados, seguiremos teniendo leyes inútiles, promesas huecas y un sistema que se protege a sí mismo a costa del pueblo.

Y eso no es democracia: eso es decadencia.

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