Siguen las irregularidades del castillo hinchable que costó 2 vidas en Mislata

En enero de 2022, un accidente por negligencia acabó en la feria de Mislata con la vida de Vera con 4 años y Cayetana de 8, dejando varios niños heridos y el juzgado mantiene imputados a los feriantes, el ingeniero y el técnico municipal del Ayuntamiento de Mislata. 

Más de tres años después el castillo hinchable sigue dando que hablar, pues la jueza de Instrucción 4 de Mislata que investiga el caso confirma que la feria no se encontraba en el espacio aprobado por el Ayuntamiento, ni siquiera el castillo hinchable se ubicaba en el lugar que recogía el proyecto de los feriantes. Así lo recoge en sus informes el grupo de Homicidios y la Policía Científica de la Policía Nacional de Valencia.

El Ayuntamiento de Mislata ha guardado silencio incluso en plenos donde se trataban propuestas por la dimisión del concejal de fiestas y la reprobación del alcalde Carlos Fernández Bielsa cuyo Ayuntamiento ha causado todavía más dolor en estas familias no apoyándolas e intentando personarse en la causa para poder atacar a la familia de Vera y victimizarse por una campaña de "difamaciones" cuando lo único que ha hecho esta familia y de formas muy correctas, con mucho autocontrol y pruebas es denunciar también públicamente la falta de empatía que ha mostrado el Consistorio además de también la falta de respuestas y aclaraciones.

El abogado de los padres de Vera fue contundente en un escrito ante el juzgado: 

«Aquí los únicos perjudicados son los padres que han perdido a sus hijas y los hermanos de estas, que no las podrán ver crecer. Bastante duelo tienen ya para tener que compartir banquillo de ‘perjudicado’ con la Administración que nada hizo por comprobar ni siquiera que las atracciones estuvieran correctamente montadas y en el sitio previsto en la solicitud del feriante».

El 25 de junio de 2024 informó la Gerencia del Catastro a través de un escrito solicitado por el penalista Jorge Carbó, abogado de la familia de Vera, que la mayor parte de la feria estaba montada en suelo privado, cuando debía realizarse en suelo público.

Los terrenos pertenecen a dos empresas constructoras, Vía Célere Desarrollos Inmobiliarios S. A. y Makati Directorship S. L. U. Actualmente, se desconoce, tres años y medio después, si dichas empresas habían otorgado algún permiso al ayuntamiento o a los feriantes para permitir las atracciones en sus parcelas. Carbó ha pedido a la jueza que oficie a las dos empresas para que lo aclaren. De momento, no hay respuesta del Juzgado.

El único documento que podría reflejar una presunta autorización es, hasta el momento, la declaración responsable firmada por el ingeniero contratado por los feriantes y una licencia de ocupación de vía pública del Ayuntamiento de Mislata.

Carbó ha acreditado que el ingeniero no está dentro del registro de personas con acreditación OCA, es decir, su declaración no avalaba la apertura de la feria. El ayuntamiento tendría que haber enviado personal municipal para revisar las instalaciones. La feria nunca debió ponerse en funcionamiento sin la licencia municipal de actividad.

Igualmente, cabe recordar que en la investigación judicial se pidió la geolocalización del teléfono móvil del ingeniero, que demostraría que no estuvo en la feria y que dio el visto bueno a las atracciones desde su despacho en Elche cuya distancia es de unos 200 kilómetros por lo que permanece imputado en la causa judicial.

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Con esa visita municipal y la inspección de las instalaciones se hubieran podido comprobar varias cosas: los cambios en la ubicación y su afectación del viento, la ausencia de elementos de anclaje, la falta de mobiliario urbano donde anclar el castillo, la inexistencia de contrapesos homologados y la falta de piquetas, y no haber precisado del certificado de instalación y montaje. Con todas esas irregularidades, la feria no se hubiera puesto en marcha, por lo que se podría haber evitado la tragedia.

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Según una investigación impulsada por los padres de Vera, se sabe que el castillo cambió de ubicación porque se encontró la parcela en la que debía montarse perimetrada con una valla. Al parecer, la empresa Makati Directorship, habría vallado su parcela, lo que llevó a los feriantes a ocupar un espacio diferente al pactado.

El espacio inicial para el castillo se encontraba entre el Tren de la Bruja y los coches de choque, un lugar encajonado donde el viento posiblemente no habría actuado de la misma forma.

Dos meses fueron suficientes para leer ya estos titulares: «La Policía concluye que Vera y Cayetana no habrían muerto si el castillo de Mislata hubiese estado atado por sus 30 anclajes»

Hablamos de falta de anclajes, cuerdas de las que se usan para tendederos de ropa o collares de perro, falta de supervisión, fallos administrativos, irregularidades laborales, no colocar la atracción en su sitio, no cerrar tras las alertas meteorológicas, el visto bueno de un ingeniero que ni siquiera estuvo y el silencio de un ayuntamiento que sabe que como mínimo no hizo las cosas bien.

Los informes policiales anteriores y del perito designado por el juzgado eran claros, pero se acabaron de confirmar con el perito contratado por la familia de Cayetana.

Este perito señala en su escrito, que la atracción que registró el accidente se elevó lateralmente el día de los hechos, cuando hacía mucho aire, «porque no estaba correctamente anclada». Es más, añade: «La ausencia de anclaje alguno en el lateral derecho de la misma y los puntos de atado del lateral izquierdo a la estructura de las camas elásticas casi favoreció un efecto vela que quizás agravó la ocurrencia del incidente».

Al respecto, el experto sostiene que la atracción formada por tres módulos debía tener los 30 puntos de anclaje debidamente amarrados, porque así lo indica el fabricante, y con las cuerdas y tensores adecuados según especificaciones de fabricante y normativa.

«Queda probado que ni tan siquiera tenía los 18 puntos mínimos exigibles en base a la aplicación de normativa UNE–EN 14960 Anexo A ‘Calculo del número de puntos de anclaje’ (6 puntos por cada módulo habría sido el reparto adecuado)», asevera. Y las cuerdas empleadas tampoco se ajustaban a la Norma UNE-EN 14960 apartado 4.1.4 (siendo las que se utilizan para collares de perro o tendederos de ropa).

Además, el perito señala que tras inspeccionar la plaza, se comprobó la ausencia de taladros en el pavimento de la misma. Y señala al respecto: «La fijación de los amarres con taco químico al suelo habría sido la opción óptima de afianzar dicha atracción. Se desconoce el motivo por el cual no se utilizó dicha solución, ya que hubiera sido la más segura», sostiene.

«La carencia de anclajes a suelo o lastres provocó que el hinchable se levantara con el viento. Los tensores y cuerdas observados en la documentación policial y facilitada por testigos, además de ser insuficientes e inadecuadas, no podían evitar el levantamiento de la atracción. Sólo favorecían el desplazamiento lateral del conjunto», añade.

POSIBLE MANIPULACIÓN 

La familia de Vera ha señalado en multitud de ocasiones que los feriantes de ese día solamente estaban intentando manipular la escena, lo que queda acreditado en el informe del perito.

El perito indica que tras revisar y comparar las grabaciones y las imágenes tomadas en el momento de los hechos por los testigos y vecinos de la zona, con las imágenes captadas justo antes de la investigación de la policía científica, «queda acreditada la aparición de cuerdas amarradas en una farola y próximas a lastres que no estaban presentes en el momento del incidente».

«Esta circunstancia –ha añadido– puede ser de carácter muy grave si se acredita que es una manipulación de la escena estudiada. Sí cabe decir que las citadas cinchas planas a las que hacemos referencia en este punto no son cuerdas aptas para el anclaje de seguridad de los módulos del castillo, sino que se encuentran dentro del tipo de cuerdas que se utilizan a la hora del plegado post-uso de la atracción».

Y concluye con lo más importante: «De forma clara, si la atracción hubiera dispuesto de todos los puntos debidamente anclados, el hinchable no se habría levantado y volcado lateralmente y el accidente no se hubiera producido de ninguna manera».

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En cualquier caso, el accidente, ha indicado, se podría haber evitado siguiendo las normas de uso del manual de la atracción, cuando cita explícitamente: «para situaciones de lluvia o de viento, racheado o constante, con velocidades superiores a 30 Km/h (movimiento del aire que excede de la brisa moderada por la que se levanta polvareda y papeles sueltos, y se mueven las ramas pequeñas, pasando a brisa fresca, en la que los árboles pequeños con hojas empiezan a balancearse), se procederá a la evacuación y desconexión».

Ya el anterior perito designado por el juzgado a petición de la familia de Vera realizaba un informe similar coincidiendo ambos profesionales en la falta de seguridad de la atracción junto a los informes policiales.

Además de coincidir en el mal estado de la atracción y de las cuerdas, el informe de este primer perito también decía lo siguiente: «La instalación eléctrica de la feria debía disponer de un certificado emitido por la conselleria competente y no consta copia ni del proyecto eléctrico ni de presentación del mismo en la conselleria por parte del Ayuntamiento de Mislata».

En este mismo sentido, incluye fotografías de cables eléctricos empalmados con cinta aislante y sin cubierta que estaban por el suelo sin protección alguna.

LOS RESTOS DE SANGRE 

Cuando las mentiras no se coordinan bien, pueden llevar a que los abogados metan la pata y es lo que hizo el abogado de los feriantes en el programa Zoom Apunt.

La policía pudo comprobar cómo dentro del perímetro de seguridad estaba el feriante y los restos de la sangre que dejó Vera estaban intencionadamente restregados y limpiados, a lo que los feriantes echarían la culpa a los empleados sanitarios que fueron preguntados y lógicamente lo negaron.

Sin embargo, cuando el abogado de los feriantes aparece en el programa de televisión, señala en este aspecto que no sabe si alguien limpió la sangre y si es así quién lo hizo. 

Estas contradicciones son a mi entender un detalle importante al demostrar claramente que hasta su propio abogado dejó claro que estaban mintiendo respecto a este hecho. 

Además, la madre de Vera declaró al juzgado que la última vez que vio al feriante fue cuando su hija estaba en el suelo, desangrándose, que él pasó sin mirar a la niña, a medio metro, pero sin mirarla en ningún momento. 

A continuación, el feriante cogería una muñeca que la niña había ganado para esconderla en la tómbola.

Por si no teníamos bastante más de tres años después, no sabemos nada de un empleado de origen magrebí, que las familias coinciden que fue el único que intentó ayudar a los niños que habían quedado atrapados y que su testimonio hubiera sido muy relevante en la causa como testigo. 

Las sospechas hacen pensar que el feriante le diría a este empleado el motivo por el cual tenía que desaparecer inmediatamente, además de que el testimonio de un vecino cercano al recinto ferial señala que eran más de 10 empleados inmigrantes y dormían hacinados en una caravana. 

Sobre este aspecto, el abogado de los feriantes decía que eran personas que quedaban con chicas en la feria y en algún día de más faena ayudaban a los feriantes a cortar los tickets a cambio de unos euros o invitaciones para la feria. 

Igualmente, por mi parte que trabajé hace muchos años con estos feriantes puedo reforzar todavía más el discurso de la precariedad laboral y las malas formas que el abogado no supo justificar cuando fue preguntado por el hecho de que antiguos empleados acusaran a los feriantes de irregularidades laborales. 

Se trataba de un puesto de comida rápida de la familiar "Maravillas Monterrubio" que hay días que me ha llegado a dar 3€ al haber poca faena, que no me ha pagado en la feria de San Blas de Torrent porque la grúa se llevó su coche y era mucho gasto o se ha enfadado porque me negué a cambiar billetes falsos que le habían colado. 

Igualmente, hay una parte del sector de los feriantes que coacciona a todos los que cuestionemos lo que pasó ese día y es por ello que en Vinaroz al ser testigo directo de la falta de empatía y escrúpulos tras la emisión del programa de televisión me desvinculé completamente del mundo de la feria con la conciencia bien tranquila hoy en día de haber hecho lo correcto.

OTRO ACCIDENTE EN MISLATA 

Recordar también que en 2017 otro hinchable de Mislata provocaba un accidente en el que Víctor caía sufriendo una rotura de tercer grado con desplazamiento de hueso cuyo feriante huyó. Según el Ayuntamiento de Mislata que ya estaba encabezado por Carlos Fernández Bielsa, ese hinchable no estaba en la lista de atracciones que había suministrado el Ayuntamiento a la feria y supuestamente nadie se dio cuenta en el caso de que sea así.

El juzgado sin hacer ninguna investigación decidió dar sobreseimiento provisional a la denuncia de la familia de Víctor, que decidió entonces interponer una reclamación civil contra el Ayuntamiento de Mislata que fue desestimada tras no poderse acreditar el estado en el que estaba la atracción tras la huida del feriante.

«¿Entonces qué pasa que mi hijo se llega a matar y aquí no pasa nada?», se preguntaba la madre de Víctor en declaraciones a Zoom Apunt.

Es indignante que un primer accidente en Mislata no fuera suficiente para prevenir este segundo accidente y tampoco sabemos cuánto tiempo se llevan montando las atracciones de manera irregular en el municipio.

A pesar de los informes policiales, la geolocalización que demuestra que el ingeniero no estuvo en Mislata y la falta de supervisión del Ayuntamiento de Mislata, es sorprendente que UNICEF haya renovado en el municipio el término de ciudad amiga de la infancia llenando parques y diferentes calles de señales con este reconocimiento que todavía ha causado más dolor en las familias. 

La familia de Vera en diferentes ocasiones también ha considerado responsable al concejal de fiestas y cuñado del alcalde, Antonio Arenas Almenar. 

Uno de los escritos presentados por el abogado de la familia se señaló lo siguiente:

«Es la persona que decide realizar la actividad de la feria; quien contacta con el feriante para encargarle su ejecución, sin publicidad ni concurrencia alguna, a pesar de que cesó en su actividad como feriante en 2013, quien decide no ordenar la inspección de las atracciones, y por tanto el responsable de que no se comprobara ni la ubicación, ni que el montaje se acomodara al proyecto o a la declaración responsable; y es quien, por delegación de alcaldía, autoriza la instalación de la feria».

En este aspecto, Teresa Domínguez como redactora de sucesos en el Levante ha seguido este caso desde el principio y en un reciente artículo señala lo siguiente:

Dado que solo existía esa licencia de ocupación de vía pública, esta, en todo caso, únicamente dotaba de sostén legal a las atracciones que estaban en suelo público, pero es totalmente inválida para las instalaciones que ocupaban parte de los terrenos de las constructoras, así que, tal como exponen las acusaciones particulares y como ya recogía el auto emitido por la Audiencia de València en 2023, en su respuesta a un recurso de los padres de Vera, era más "necesario el otorgamiento expreso de una licencia de actividad, previa visita e inspección de las instalaciones, para autorizar el inicio y puesta en marcha de la actividad recreativa del recinto ferial de la Feria de Navidad de Mislata", expone el letrado Jorge Carbó.

Aquella feria, como se recordará, se puso en marcha con solo dos documentos: la licencia de ocupación de vía pública y la declaración responsable realizada por un ingeniero de Elx a sueldo de los dos feriantes -suegro y yerno-, que certificaba que todo estaba en orden. Ese técnico y los dos responsables de las atracciones -junto con un técnico municipal- están imputados en la causa: los feriantes, como máximos responsables de la instalación de ocio, y su ingeniero, entre otras cosas, por las irregularidades detectadas, entre ellas que dijo haber revisado las instalaciones antes de la apertura de la feria sin moverse de Elx, acreditó el grupo de Homicidios de la Policía Nacional con la geolocalización de su teléfono móvil.

DIFUSIÓN EN REDES SOCIALES 

Las redes sociales son en este aspecto una herramienta para seguir denunciando las irregularidades que acabaron con dos vidas inocentes. 

En uno de los posts la madre señala lo siguiente:

"Hoy Valencia se ha vuelto a concentrar para pedir la dimisión de Carlos Mazón. Es lógico. Quizá no fue el responsable directo de la muerte de 227 personas, pero sus decisiones podrían haber ayudado a salvar a muchas de ellas. El alcalde de Mislata, Carlos Fernandez Bielsa, es el primero en pedir su cabeza, en exigir que se depuren responsabilidades. Parece que no quiere ver la similitud entre dos casos con muertes evitables, la mayor diferencia entre ellos es el número de víctimas.

Bielsa quizá no sea el responsable directo de la muerte de mi niña, pero sus decisiones, entre ellas la de desentenderse de la seguridad de una feria instalada en su pueblo, podrían haber salvado dos vidas.
Pedimos las mismas respuestas y la misma justicia que reclama cualquier familia de una víctima evitable.
#SonrisaVera".

Todos los informes policiales y periciales aseguran con total seguridad que la muerte de las dos pequeñas tuvo lugar por la negligencia cometida.

Seguramente el eterno procedimiento judicial acabará depurando responsabilidades con el tiempo, pero a estas familias nadie les va a devolver lo que más quieren y eso no tiene perdón.

Está claro que el Ayuntamiento de Mislata solamente ha optado por el silencio y cuando ha hablado ha sido para difamar a la familia de Vera lo que es de una frialdad absoluta. 

Es vergonzoso ir una tarde en familia a la feria y que de repente tu vida cambie a un infierno para siempre e independientemente de lo que dictamine una sentencia judicial en su momento, no puedo sacar otra conclusión que la misma que las familias, peritos, policías e incluso la fiscalía y la jueza que mantiene imputaciones: esas muertes y todos los heridos eran evitables.

Un hinchable en estado lamentable que nadie comprueba, un ingeniero que ni siquiera pisa la feria que da por buena, accidentes anteriores, empleados fantasmas, mentiras que ya han sido desmontadas, una administración que ni está ni se le espera ya y unas familias destrozadas para el resto de sus vidas.

Termino dejándoles con este post publicado hace cosa de un mes por la familia de Vera y espero que reflexionéis: 

"El juzgado de Mislata vuelve a ampliar el período de instrucción con una nueva prórroga (la sexta) en el caso del hinchable. Alargar esta agonía es inhumano, pero sería más inhumano dejarnos sin la opción de obtener las respuestas que no ha dado el Ajuntament de Mislata. No nos cansamos de decir que son todos los que están, pero no están todos los que son. Que las administraciones sean responsables en el control de la seguridad de las atracciones no debería ser cuestionable.
#SonrisaVera".

Igualmente, te recomiendo seguir en Facebook, Instagram y la red social X la página "Eva Roz" para así seguir el caso de cerca.

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