“El rescate de Air Europa se fijó en una reunión privada en casa de Ábalos antes de que la SEPI lo formalizara”

La esposa del presidente jugó un papel mucho más relevante en las negociaciones de lo que se había reconocido públicamente

Corrupción08 de diciembre de 2025 TO
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Javier Hidalgo, Begoña Gómez

La secuencia de decisiones que desembocó en el rescate público de Air Europa continúa generando interrogantes sobre la transparencia y el rigor de un proceso que movilizó más de 400 millones de euros procedentes del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas. Nuevos detalles permiten reconstruir con mayor precisión el modo en que se articularon las condiciones del rescate y, especialmente, el papel que desempeñaron cargos gubernamentales y directivos de la compañía matriz, Globalia, en el tramo decisivo de la negociación.

Unas condiciones pactadas antes de la formalización
Según documentación interna e intercambios de comunicación entre representantes del Ejecutivo y responsables de Globalia, las condiciones clave del rescate llegaron a la mesa de Air Europa después de haber sido pactadas en un encuentro celebrado en la vivienda del entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Este detalle, aparentemente menor, altera la narrativa oficial sobre el procedimiento seguido para la concesión de la ayuda y abre un debate sobre la separación formal entre instancias políticas y órganos técnicos encargados de gestionar fondos públicos.

El hecho de que se acordaran aspectos cruciales de la operación en un entorno privado, lejos de los canales institucionales ordinarios, permite comprender mejor ciertos alineamientos posteriores entre las exigencias del Estado y las demandas de la aerolínea. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) remitió a la compañía un documento consolidado con condiciones que ya no eran objeto de negociación, sino el resultado de conversaciones previas mantenidas fuera de la estructura formal de trabajo.

Intercambio de correos y trazabilidad del proceso
Los correos intercambiados entre altos cargos del Gobierno y directivos de Globalia detallan la secuencia exacta: primero, el acuerdo informal de los puntos principales —importe, tramos del préstamo, compromisos operativos, participación del Estado en órganos de supervisión y obligaciones adicionales de transparencia—; después, la comunicación oficial de esas condiciones por parte de la SEPI.

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Los mensajes revelan un grado de coordinación poco habitual entre ambas partes. Los representantes públicos piden en algunos de ellos confirmación rápida de que la empresa aceptará las condiciones propuestas, aun antes de que se produjera la comunicación formal desde la entidad gestora del fondo. Este patrón sugiere que ciertos tramos de la negociación no fueron concebidos como procesos bilaterales abiertos, sino como un conjunto de acuerdos previos presentados más tarde como requisitos técnicos.

El contexto del rescate y la situación financiera de la aerolínea
Air Europa atravesaba en aquel momento una situación crítica derivada del desplome del tráfico aéreo a causa de la pandemia. La empresa enfrentaba tensiones de tesorería, compromisos financieros elevados y un horizonte incierto para su acuerdo de venta con un grupo competidor. La consideración de la aerolínea como empresa estratégica facilitó su acceso al fondo estatal, diseñado para apuntalar compañías cuya continuidad se consideraba esencial para el tejido económico nacional.

Sin embargo, la magnitud del apoyo —dos préstamos por un total superior a 470 millones de euros, uno participativo y otro ordinario— convirtió el proceso en uno de los rescates más relevantes del periodo, lo que incrementó la necesidad de garantías de transparencia. La reconstrucción de las comunicaciones internas permite observar cómo ciertas decisiones que deberían haberse adoptado exclusivamente en el ámbito técnico ya llegaban cerradas desde una esfera política previa.

Un procedimiento bajo escrutinio
El fondo gestionado por la SEPI exigía que cada operación pasara por un análisis de viabilidad, un examen técnico-financiero y una supervisión jurídica destinados a garantizar el buen uso de los recursos públicos. Aunque estos procedimientos se llevaron a cabo, el hecho de que las condiciones fueran pactadas antes de entrar en la fase formal debilita la imagen de autonomía técnica del organismo y plantea dudas sobre el papel real que desempeñó en la configuración del rescate.

Varios expertos consultados en derecho administrativo y gobernanza pública sostienen que el problema no radica necesariamente en la ayuda otorgada, sino en la forma en que se tomaron decisiones previas. La mera percepción de que las condiciones pudieron haberse acordado en un entorno privado, con interlocutores políticos, afecta a la credibilidad del proceso y, por extensión, al conjunto de los mecanismos de rescate empresarial diseñados durante la crisis.

El papel de los directivos de Globalia
Los intercambios muestran a directivos de Globalia plenamente informados de cada avance y en estrecho contacto con representantes gubernamentales. En algunos mensajes internos, la compañía celebra el cierre previo de ciertos puntos, anticipando una aceptación casi mecánica de las condiciones que SEPI emitiría después de manera oficial.

Este flujo de información privilegiada, unido a la naturaleza privada del encuentro donde se pactaron los principales ejes del rescate, sugiere un grado de sintonía difícil de justificar en un proceso que debería haberse regido por criterios estrictamente técnicos e institucionales.

El 25 de enero de 2021, meses después de que se aprobara la ayuda de 475 millones de euros para salvar a Air Europa, se cerraron los términos de esa segunda parte del rescate que la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) debía desembolsar. Estos detalles fueron pactados de manera extraoficial en una reunión en la casa de Ábalos, ubicada en la calle Balbina Valverde, donde también estuvieron presentes Víctor de Aldama, uno de los asesores de Globalia, y Koldo García, exmano derecha de Ábalos.

Los correos electrónicos a los que ha tenido acceso este diario revelan cómo se pusieron las condiciones definitivas para que Air Europa pudiera recibir el montante que aún le correspondía.

La implicación de Begoña Gómez
Aunque una de las aristas más controvertidas de la operación de rescate de Air Europa es la implicación de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La esposa del presidente jugó un papel mucho más relevante en las negociaciones de lo que se había reconocido públicamente.

Tal y como adelantó este medio, la intervención de Begoña Gómez se remonta a reuniones mantenidas con Javier Hidalgo, CEO de Globalia, y Víctor de Aldama, asesor de la compañía, en 2019 en un viaje en San Petersburgo (Rusia); cuando se solicitó apoyo al Gobierno para resolver una deuda pendiente de Globalia con una de sus empresas.

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Implicaciones políticas y horizonte judicial
El papel del entonces ministro Ábalos y la decisión de celebrar una reunión clave en su domicilio abren un flanco político de gran envergadura. Aunque en aquel momento se defendió la necesidad de mantener contactos continuos con empresas estratégicas en situación de emergencia, la reconstrucción pormenorizada de los hechos sitúa ahora el foco en la falta de separación entre supervisión política y negociación técnica.

El episodio podría derivar en nuevas iniciativas parlamentarias, solicitudes de comparecencia o incluso aperturas de diligencias si alguna parte considera que existió una vulneración de los procedimientos administrativos exigidos. La cuestión central será determinar si esa reunión privada influyó de manera determinante en un proceso que, por su cuantía y relevancia estratégica, debía haberse desarrollado con la máxima formalidad institucional.

Una historia aún abierta
A medida que se conocen más detalles sobre el rescate, se acentúa la necesidad de revisar los mecanismos de control público aplicados durante la pandemia y de reforzar la independencia de los organismos encargados de administrar fondos estatales. El caso de Air Europa se ha convertido así en un ejemplo paradigmático de por qué la transparencia no es un elemento accesorio, sino un pilar esencial cuando está en juego el uso de recursos públicos a gran escala.

El análisis detallado de las comunicaciones internas y de la secuencia real de los acontecimientos revela una historia más compleja de la que se explicó oficialmente: un rescate millonario cuyas condiciones se cerraron antes de entrar en los cauces formales, marcado por la intervención directa de figuras políticas y por una negociación que, lejos de los despachos oficiales, comenzó en un encuentro celebrado en la vivienda de un ministro.

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