
Las leyes del Gobierno ya permiten que uno de cada tres etarras presos estén en semilibertad sin cumplir toda la pena
Esta no es una decisión jurídica. Es una transacción política. La libertad de etarras se ha convertido en moneda de cambio. El chantaje de los herederos de ETA ha encontrado en Sánchez a un presidente dispuesto a pagar con dignidad ajena