
"En vez de ensuciarnos cotidianamente revolcándonos en el barro de Koldo, Ábalos, Aldama, Begoña, García Ortiz, el hermanísimo y demás corruptelas pongamos nuestra atención y nuestra esperanza en aquellas reformas estructurales que nos conducirían como sociedad a vivir en un entorno favorable al crecimiento, la estabilidad, el bienestar y el prestigio y la capacidad de influir en el plano internacional"